Ancianos

Llegaron ahí, convocados por el silencio,
se amontonaron en una estación de trenes
y comenzaron a dibujar el tiempo, lo detuvieron,
los vagones se inmovilizaron y las horas comenzaron a atocharse;
La lluvia se encargó del resto, de oxidar los vagones y los rieles
para crear un Santuario que se encapsuló como una base marciana
en medio de una expedición interplanetaria;

Ahora deambulan por los pasillos, aún después de muertos,
porque no hay tiempo y el viento solar pulverizó sus cuerpos.

La Tierra quedó lejos, como un ojo de cristal que ya no mira.

 

Los pasos seniles son suaves... porque de lo contrario harían temblar al mundo.

Gracias por compartir tus letras luisojedas.

Dragon Ecu

 

Excelente trabajo, me gustó mucho. RJL

 

Tan bellas palabras, han dejado en mi interior
una gran carga emocional....
solo dejé que mi corazón recordara.

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Que bella descripción de los viejos moradores de los trenes
aquellos que fueron polines,
puntales con ojos, estirando sobre la tierra
cadenetas de metal, rieles para las cimas.

Alma, vida, esfuerzo,
duermevelas sobre los techos, contándole historias a la luna
al vaivén de su tonada
encumbrando la montaña
arropados con el ulular de los pulmones
de las grandes locomotoras viudas,
resoplando orgullosas
damas de las grandes vías.

Los he visto
( como vi a mi padre),
muchos años después de abandonar el oficio,
reunidos en pequeños grupos
recordando sus historias
con ese romanticismo que abanderaban las locomotoras
al marchar alegres por los valles
hasta llegar a los océanos.

Mis pasos de niña campesina,
desnudos corrían por los corredores
de esa gran estación de trenes
en pos de la llegada de la reina de las carrileras
erguida de hermosura
filtrando entre sus faltriqueras, el agua pura
que luego saciaba la sed
de su estómago en calderas.

Los escucho aún, pasos cansados y fantasmales
sobre los corredores de la vieja estación
grises como ellos, sumidos en el mutismo
ensimismados en las leyendas
de su juventud y de sus manos.

Muchos se han ido con su carga de nostalgia
como se fue mi padre
como se fueron los trenes,
mi viejo sombrío, amoroso y de gallardía,
y aquellas viejas locomotoras que se exiliaron en sus ojos,

de Nicolás, quedan poemas, su sombrero, su sonrisa
y de aquellos viejos trenes, la sombra de una fantástica vida.

 

Excelente poema.Amo a los ancianos y es indignante ver tanta indiferencia con ellos, si son un libro abierto a quienes les buscan.Placer leerte poeta.Saludos..

 

interesante, un relato descriptivo, que deja esas imágenes que revisten sus verso, un placer pasar a leerle, que tenga buenas noches.

 

Gracias por dejar tus comentarios en mi poema, un saludo!!

 

Gracias!! saludos para ti

 

gracias por leer y comentar

 

Gracias por tus palabras...muy bello lo tuyo. Saludos

 

Excelente visión. Se apagan las velas que impulsan al ciber espacio... Un verdadero placer el encuentro con su poesía.

Saludos,

Palmira

 

muchas gracias por leer. Saludos