Helada

Helada

El hielo no perdona tu frialdad;
envidia tu papel de hiriente escarcha.
No hay fuego que deshiele tu impiedad.
La lava frente a ti frena su marcha.

No te conmueve nada lo que siento,
no logras entender tanta insistencia,
no sufres por mi injusto sufrimiento,
no intentas clausurar tu indiferencia.

Al sitio en el que irrumpes lo congelas.
Tus actos nacen fríos por tus dolos.
De nieve son las llamas de tus velas.
Tus suelos apropiados son los polos...

Conmigo sólo cálida serías;
tu gélida actitud derretirías...


Ariel Carrizo Pacheco​

 

Mil gracias, querida Romi, por la molestia de leer y comentar con tanta dedicación estos versos. Me gustó mucho lo que dices. Chocar contra un ser tan frío es como colisionar contra un iceberg vencedor de Titanic´s. ¡Un afectuoso abrazo!

 

¡Gracias, estimado amigo Lesmo! Fuerza, generosidad, sensible visión, tienen tus cálidas palabras que alientan estos fríos versos.

¡Un abrazo y un hasta pronto!:

Ariel

 

Llega al corazón ese reclamo de indiferencia. Muy bonito tu soneto. Felicidades.

 

¡Gracias a ti, amigo! por leer y dejar tus palabras cargadas de cristalina generosidad. Me pone contento que te haya gustado este soneto inglés. Sé que es un estilo que tú empleas a menudo, con destacado ingenio sensitivo.

¡Un gran abrazo!:

Ariel

 

¡Muchísima gracias, estimado Felipe! Muy emotivas palabras; me alegra que le haya gustado este soneto. ¡Un fuerte abrazo!

 

¡Hola! Muy agradecido por tu atenta lectura de estos versos escarchados, amiga Paloma, ¡otro gran abrazo para ti!

 

¡Muy agradecido por tu comentario, amiga Lourdes! Me alegra que pese a lo frío te haya gustado, y te hago llegar mi afectuoso saludo; cálido también para compensar el termómetro. ¡Un beso!

 

Grato es para mí tu mensaje, mi estimado amigo Alfredo Grajales Sosa. ¡Mi pleno agradecimiento por la atenta lectura y el amable comentario. ¡Un fuerte abrazo y un hasta pronto!:

Ariel

 

¡Gracias, estimado Amadeo, por encontrar un trasfondo cálido entre tanto hielo!

¡Un abarazo!:

Ariel

 

Hola Jorge, estoy bien, ("dentro de la gravedad de mi estado"; como solía bromear mi maestro Cadícamo). Gracias por preguntar, y muchas gracias por la lectura de estas doce barras de hielo, separadas de dos hierros candentes y finales. Sí, esa fue mi intención: versos tajantes, como una respuesta "fría y calculadora" para la glacial destinataria. Ahora, en cuanto al poder descongelante, lo tengo, claro, pero en este caso, como en otros versos, el personaje despechado no soy yo. "Cualquier semejanza con la vida real, es pura coincidencia".

¡Un caluroso abrazo!:

Ariel

 

La intensidad de esa persona del que tanto se insiste en sus emociones indiferentes, pretende enfocar una cualidad que contrasta con respecto del individuo dolido. La queja es un argumento que indica una pasión viva, Aunque ésta sea unilateral.

 

Helado me has dejado con tanta escarch repartida en doce versos, menos mal que al final recupere algo de calor.
Excelente soneto nos has compartido, me ha encantado.

​

 

Eso mismo, y la evocación de los títeres me trae el recuerdo de ese buen poema tuyo sobre el dominio existencial, Marioneta, que comenté hace unos meses. ¡Otro abrazo!

 

¡Muchas Gracias Jorge! ¡Un abrazo!

 

Me gustó mucho la acertada interpretación que le has dado a este tema, estimado amigo Lucevelio. ¡La agradezco plenamente, y te envío un fuerte abrazo!:

Ariel

 

Mil gracias, querido Poeta Maramín por estas palabras de oro que guardo en el corazón. Disculpas por la tardanza en contestar; revisando advertí que aún no lo había hecho. ¡Un gran abrazo!