Entre El Fuego Y El Agua

Confieso dolido
que a veces no quiero
tenerte a mi lado.
Quiero yo, sereno,
liberar tu rumbo
y quedarme entero,
a salvo mis ansias
de tu amante empeño.

Mirar las estrellas
desde mi balcón,
responsable y cauto.
Firme mi intención
dedicada a ella
que siempre esperó
con hijos guardados
en mi indecisión.

Aunque sé que tú
vivirás la noche
rendida a su influjo
y en vivo derroche
de tu alegre ser,
y moriré entonces
por hallar tu boca
y oírle mi nombre.

Mas no puedo herirla,
desmembrar su amor,
aunque yo contigo
sienta cerca a Dios
y dentro del pecho,
en cada rincón,
jubiloso el grito
de mi corazón.

 

Soberbios y colosales versos de una gran tarea.

 

Muy agradecido, Jorge, saludos.

 

Maravillosos versos amigo! un placer degustar tus letras, saludos! y hasta el próximo verso.

 

Muchas gracias, Enrique, hasta siempre.

 

Compañero, lo suyo no tiene arreglo!!! No hay quien le ponga el lazo!!! Jajajjaja
Una hermosa poesía, la sinceridad que lo caracteriza con la dulzura que lo justifica. Un abrazo. No se pierda!

 

Mire quien habla de perdidos!! Apareció???? Grato es saber de vos y tus inteligentes palabras, compañera. Ah, y pa no perderse lo mejor es un farol. Cariños, amiga.

 

Muchas gracias, Marlene, muy bien interpretado por ti el motivo de estos versos a más de tu concordancia en criterio. Saludo cordial.