África o la puerta del olvido

Bajo el sol abrasador
al borde de un suelo árido
clavo las huellas en África
de mi cuerpo triste y pálido.

Aquí entierro mi negrura
la miseria de mi sino
ya el pasado lo sudé
de agua, tierra, pan y vino.

Observando mi blancura
se cayó sin más mi ombligo
mi piel es la entrada mágica
a la flor de mi destino.


Mientras sigo aquí sentada
contemplando el sin reloj
ni despacio ni veloz
ya no cuento, solo soy.

Encontré en el azabache
el color de mi poema
en el ritmo natural
de la simpleza suprema.

África negra y querida
tú, la puerta de mi olvido
en tus calles sin asfalto
ya no pienso, solo vivo.

Benin, marzo 2015

 

Me entraron ganas de irme a África… y de volverlo a leer. Voy a hacerlo……….
Bajo esa métrica medida y esas perfectas consonancias y asonancias se abre todo un corazón hacia esa tierra tan maltratada como olvidada.
La simpleza de existir, de ser con lo que nos rodea, la encuentro en tu poema.
Un abrazo, Lôren, estés donde estés.

 

Gracias por tu visita, Alonso. Cierto que África me ha inspirado muchísimas cosas, entre otras ha hecho que la concepción del tiempo se difumine, que es lo que he tratado vagamente de retratar aquí.
¡Un abrazo , ya desde Europa, con aires soleados de primavera !

 

Has plasmado el instante mágico
Del alma adentrandose en la visión
Del pensamiento y el sentir espiritual...
Las imágenes son muy buenas
Un gusto estar aquí...bendiciones para ti amiga.

 

Gracias por tu visita, Arkeidos, y tu bello comentario. Hasta muy pronto,entre letras.

 

La importancia del color, el de la piel y el del petróleo...
Nigeria y el olvido, África y el olvido.

Hermoso poema que trae la vida al instante de ser vivida, porque cualquier otro intento puede ser una utopía...

Un abrazo

Palmira

 

África y el olvido, África continente olvidado pero vivo. Gracias por tu sensible comentario, Palmira.
Un abrazo de color que te lleve al momento presente