Espectro (con adoración)

La dama adelanta con su atavío negro y cubre la mansedumbre del genio, bajo su manto de frío terciopelo. Ama al espectro que espera con ansia de mago, convertir su pecho amante en almohada que asfixie el miedo. Queda en los espacios vigilante. Que nadie despierte a la la bruja mala que hace pócima de pensamientos. Dama, ten piedad de quien en tus brazos duerme como niño de leche que sueña con duendes. ¿Qué detuvo la marcha de sus pies ligeros, para quedar mirando la vastedad del campo? Sustancia el latido de sus visiones al otro lado. Que coloreen sus sienes de amarillo y jardines colgantes emocionen su paisaje. En los espacios, hay vigilantes, pendientes de su mente febril, que cuida con celo, en su tiempo que desconoce e inquieta. Su mente febril que quiere huir de su cuerpo inmóvil. Espectro en el silencio ¡Espectro amor! Me quedo yo en los espacios, vigilante. No entrará la bruja mala que hace pócima de pensamientos. Con las primeras luces del alba, se marcha la noche. Yo vuelvo a ser tu dama.

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María Margarita
05/04/2017

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Saludos, Margarita. Un texto muy bello, nítido e inteligente.
Placer pasar.

 

No sabes cuánto gusto me da saber de ti. Aunque sea en un comentario. Siempre, amigo, hermosos recuerdos de tu amistad.
Muchas gracias.

 

Es un relato algo inquietante, nos lleva a un mundo casi onírico, envuelto en la gran belleza de las palabras que utilizas y las imágenes que generas. Es un verdadero lujo pasar por textos así. Mis saludos. Luis.