Infinito

Tres veces suspira el perro de la Muerte
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expandiendo espirales de negro tedio.
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El sol muestra su pasmo en pálidos espejos
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y se oculta tras nubes de lobreguez cómplice.
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En la esquina del ojo huye la cabellera del viento
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con aleteo de ángel hereje.
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Palpita con desgano el tiempo
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enlatado en un calabozo discoidal de reloj patibularios.
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Dioses nacen en vientres inquietos.
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Huimos de la persecución de nuestras sombras
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para alcanzar la indulgencia de la noche ciega.
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Mártires de mármol se desnudan en todos los atrios
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alborotando la danza de los diablos mundanos.
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Te busco a tientas entre el enjambre de quimeras,
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busco la monotonía de tu espiral convulsa
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pero no logro desentrañar el algoritmo de su ausencia.
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Me pierdo en el marasmo estoico de estrellas,
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en el rapto desvanecido de su eternidad sin sueño
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y sé que no te encontrare en este brecha
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pues te extendiste en praderas siderales
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donde ningún ojo o plegaria alcanzan tu brillo.
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Mientras el perro de la Muerte duerme,
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refugio mi reposo en el palio de su sombra,
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cayendo en ese mar de ojos estáticos
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que nada miran, pues todo han visto,
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al que los que morimos llamamos “infinito”.


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Mil gracias querida Bristy por leeer siempre mis letras y por darles tanto aprecio, es un orgullo y un honor tener una lectora como tu. Te mando un abrazo desde la distancia.

 

Excelente. Un gusto leerle. Saludos.

 

Este enjambre de versos me deja navegando hacia el.infinito.
Un placer.
Saludos.

 

Gracias Alec por leerme y comentar mi trabajo. Un abrazo.