Romance de la cabrada

En la Plaza de las Cabras
en un tiempo ya olvidado
se reunían dos pastores,
con los perros y el ganado
marchando con la cabrada
con el zurrón y el cayado
hasta las verdes dehesas
buscaban el rico prado
y el pastor va con las chivas
al monte despreocupado.

Porque sabe que le esperan
seres queridos y amados
que cuidaran la cosecha
en terrenos cultivados,
y limpian la cochinera
con los puercos agobiados,
mientras que en el gallinero
los palos siguen manchados,
los huevos de las gallinas
recogen con mil cuidados.

La cabrada se despliega
por el terreno pactado,
Las Añadas, La Poveda,
San Martín y por el vado
que cruza el Arroyo Rama,
y algún huerto no cercado.
Atardeciendo ya llegan
hasta aquel zoco empedrado
los cabreros con su grey
tras haberlas pastoreado.

Así marchaban los días
en esos tiempos pasados
respetando a los mayores,
respetando los legados
de normas que las hicieron
unos seres abnegados
al buscar el bien común
entre vecinos honrados,
compartiendo sus esfuerzos
y el agua de sus sembrados.

 

Qué recuerdos y qué lejanos quedan
aveces añoro la sencillez que hubo
todo menos complicado
ay el progreso que aveces nos enmaraña
entre sus redes...
grato leerte,Antonio, mis respetos,

ligiA

 

El agradecimiento es mío estimada Ligia, por tu siempre amables y generosos comentarios a mis versos.

Saludos cordiales.

 

Estimada Mireya, muchas gracias por tu visita y por tan amable y gentil comentario.
Saludos cordiales.