La tarde en esa ciudad

La ciudad despierta alrededor de las diez,
todos los caminos conducen a cafés regulares
de caballeros nevados que tienen el tiempo
y tratan de mantenerse con un vaso de whisky,

la gente ya no le teme a la muerte,
sólo a la luz de la madrugada,

las polillas tropiezan en las calles laterales,
las lenguas adolescentes se congelan, se sueltan,
el amor no está en el aire
pero flota en vasos llenos de alcohol,

todos se encuentran con la verdadera noche,
nadie recuerda los nombres,

simplemente ubicarse en el paisaje urbano,
ser un caballero tan nevado
o mariposa, bailando toda la noche,

pensé que mis noches estaban muertas,
ya no pienso en la muerte de noche,
sólo vivo en la luz de la mañana.

 

Muchísimas gracias poetisa Sabra, por estar presente en mis letras y esas amables apreciaciones...Un abrazo desde la lejanía..