Quejidos en la oscuridad

Huyamos de la ira de los volcanes,
no traguemos sus mortíferas cenizas.
Malditos los temblores de la maleza,
la senda precaria agota al caminante.
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La prosperidad se ahoga en el dolor.
Las lavas bravías azotan el albedrío,
en sus profundidades se esconden
los cuerpos tétricos. ¡Eterna maldición!
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Entre olas y rocas, la ideología agoniza,
se agitan rumores, se alejan los sueños.
Las nubes lentamente se oscurecen,
las estrellas descienden al despeñadero.
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Se enlutan las honras pasadas,
sin amenidad se escuchan melodías.
¡Ay, sollozos desgajados! ¡Perturban!
El silencio llega, todos duermen.
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¡Despierten! El sigilo vahído, solo arrastra
a las fosas de las álgidas quimeras.
El amo de la noche les abre sus puertas.
¡El fuego frío los atrapa! ¡No hay retorno!

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Contundente percepción de realidades que prefiere ignorar el animal intelectual.
Grandemente valiente!! Saludos.

 

Así es. Bonita noche.

 

Se lo agradezco. Saludos desde México.

 

Gracias. Saludos y bonita noche.

 

Estupendo como todo lo que escribe, pasé a ver su blog y esté muy bueno también, destaco esta estrofa, mi respeto en un abrazo fraterno

 

Se lo agradezco mucho. Abrazos cálidos y linda noche.

 

Impactante...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy