Hokku del caminante (2)

agua fresquita

en la tranquila ermita

el hombre encuentra​

 

Y al llegar a ese remanso el cansancio encuentra ese manjar de
reposo acompasado de necesaria humedad. Esta bien leer
esos dos momentos del caminante. me ha gustado mucho mas
este ultimo. saludos amables de luzyabsenta

 

Me gusta la bella imagen que nos pintas. Que tengas buen día

 

Muchas gracias, querido compañero Carlos. Como en caso de Proust, este pequeño poema se nutre de recuerdos y realidades. Ante mí, sobre la sierra, se alza una pequeña ermita, blanca y luminosa con los primeros rayos de sol. Cuando era poco más que un adolescente era otra ermita, la de la venerada patrona de mi ciudad, la que me esperaba en mis frecuentes subidas al monte donde se alza para ofrecerme un refrescante pocillo de agua bien fría. Los recuerdos, la sensibilidad, esos veneros del alma poética. Un abrazo.
miguel

 

Muchas gracias, María por tu grato comentario. Como le explico al compañero Luzyabsenta, estos pequeños poemas, llamense como se llamen, son iluminaciones, chispazos que surgen en nuestro espíritu al activarse algún recuerdo, alguna visión poética de la realidad. La poesía que trasciende la norma. Un abrazo, querida amiga.
miguel