Wabi-sabi

Le faltaba un ala a aquella mariposa,
torpemente, se posaba en el filo de la taza.
Una mirada quieta, un reflejo anómalo
que entendía a aquel ser inacabado.

Esa habitación incompleta olía a tatami,
allí mi corazón disonante soñaba para vivir,
y entonces, me vestí con un kimono ajado
donde se esconden entre los pliegues
recuerdos que saben a un atardecer,
espacios intercalados de luces y sombras
que mis dedos doblan, haciendo mil grullas.

Porque mis labios rojos quieren ser tu hanabi.
¿Podré llegar a ese cielo?
A ese espacio que no se ve pero que existe,
transparencia de un tacto que deshoja el crisantemo,
invisible pero presente, infinito.

Dejo el shoji abierto para que puedas mirar
mientras estoy esperando, comiendo cerezas,
a que la fugaz mariposa vuelva a volar,
renacer.

 

flores de cerezos y cultura, mariposas y un anuncio
de los más dulces deseos que traen los atardeceres. Todo un escrito
para maravillarse o saborear de los sabrosos ingredientes poéticos y atracciones
en pintura que nos compartes….

abrazos,
Fidel Guerra.

 

Me gusta lo que leo. Cada referencia aumenta la sensibilidad de los conocedores, y resulta una invitación a descubrir vivencias ajenas.
Gracias por este recorrido.

 

Ver la belleza en la fealdad, la perfección en lo imperfecto.
Encontrar un espacio imaginado, una obra que nos invita a escapar y hacerla un refugio.... Mimetizarse, entrar en ella y ser su personaje principal. Completarla y sacarle el máximo jugo posible... Origami de la intimidad... Llegar a la esencia deseada.
Dejar la puerta abierta a lo que se ha ido por si un día vuelve, ser su ala faltante...

Bello!

 

La mariposa inacabada, como si la precariedad de forma le confiriera otras alas aun más bellas.
y esa sola posesión hiciera de crisol, para otras perdidas.


Me pareció bello de principio y conmovedor al final.
un placer leerte poeta.

 

Muchísimas gracias por tus palabras. Las mariposas son tan mágicas, son la representación perfecta de que la belleza es efímera.
La pintura la hice a la vez del poema, el uno complementa al otro.

 

Gracias a ti, por introducirte en este paisaje japonés en el que se descubre la imperfección como algo bello.

 

El karma ha estado desaparecido en estos días. Te doy la bienvenida a mi locus amoenus, este poema es mi mejor presentación. La perfección no existe, y mejor que no exista.

 

Un placer tenerte por aquí, interpretando el poema, disfrutando de él.
Gracias por tan tierna visita.