Esas manchas de lluvia que no salen con agua(*)

Cuando cerré el libro ardía
el último acero del ocaso,
y escuché las primeras tres gotas
de sangre caer al pasto.

Después del temblor vino el vértigo
de aquella gélida llama,
y no tardó, en un mareo congénito
el suelo en hacerse manta.

En el páramo creció el silencio
como un rumor en manada;
y tocando los timbales del incendio
el tiempo quemó las campanas.

Cuando cerré el libro ardía
en la tarde el agua oxigenada
y supe al instante que tenía
el rostro cortado por palabras.


(*)Otro título posible: Urticaria

 

Abrazo compañero!
Bajo el alero esperando
mejores tiempos.

 

Maravilla, Riolita,, me encantó, ¿Qué libro era? Ya me interesó. Un gusto leerte.

 

Abrazo amiga!
Era un libro que aún no se ha escrito.

 

Pues vos me has dejado cortada por palabras. Me dió la impresión de una batalla de la Edad Media, o tal vez un libro de Pérez Reverté.

 

Tomo nota.

 

Muy amable malco.

 

Genial divagación.

 

Estoy más cerca de la segunda.
Te doy la razón que las ediciones viejas tienen otro encanto!