El silbo de tu voz.

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El silbo de tu voz que es de metales
retumba como trueno de tormenta.
El rayo que me orada suave afrenta
deja inscrito un mensaje sin vocales.

Y responde mi voz como timbales.
Son ecos de tambor y se incrementa
del eco la pasión que luego inventa
canciones con sus brillos siderales.

Pasión con castañuelas que en un hito
entrechocan centellas deslumbrantes
y aturden en la noche tu albedrío.

Luego vuelves callado al infinito
perdido con estrellas, tus amantes,
y me dejas tu obsequio, solo el frío.​

 

Gracias Iguazú, por rescatar mi soneto. Un abrazo. Luciana.

 

Luciana,
este poema
de instrumentos rítmicos
y trafico de sentimientos claros
te deja sin palabras o nomas silbando.

Es que un poema asi
mezclado con un jazz asi
te deja una deliciosa nostalgia
y la cerveza al clima,.going for another cold one.

Saludos,
Fidel Guerra.

 

Uyy, que bonito comentario. Me da mucho gusto que lo hayas disfrutado, hasta se me antojó la cerveza fría. ¡Viva México!, Fidel. Un abrazote. Luciana.

 

Muchas gracias por tu apoyo, Iguazu, cuentas también conmigo. Un abrazo. Luciana.