El rincón de la silva

Hola compañero, cuando pongo sigo es porque está en proceso la construcción. Pasa que suelto la idea sin control y luego trabajo sobre ella. Es sólo una estrategia de escritura. Un abrazo.

 

De tu voz mieles libo
Es dulce lo que escucho en tu canción
Y cuando te oigo escribo
aquello que me dicta el corazón.
Palabra mariposa
henchida de color revolotea
y en tu boca se posa
y cuando tú la lees te aletea.
Surge de tu alma voz,
es una voz con brillo que jaspea,
poesía de vos.

​

 

Me falta un verso o dos
y se los pido a Dios…

He estado escudriñando en el terreno
que rodea mi casa
allí una magia pasa
pues cambia cada día, en el sereno
puede haber polvo de hadas
las flores amarillas
son motas de semillas
campanillas moradas
cual mística toga visten al prado
a diario renovado
¿Quien dirige a las flores
y orquesta sinfonías de colores?

 

Agrégale un pareado con rima de “-ós” al principio y asunto arreglado para seguir bien con la cadena en base a lo que ha dejado Luciana, amigo Pi.

 

Cierto no lo tuve en cuenta, déjeme pensar…
Rezaré a ver si se me ocurre algo….
¡ya sé! Ya lo arreglé, gracias un saludo

 

Vemos en dos colores
que ni colores son:
en blanco y negro pintas los temores.
No tiene otro matiz la desazón.
Los polos de dolor y redención
solo usan un pincel monocromático.
Debes salir del ático
donde anidas tus óleos resecos.
Te aseguro que hay mucha primavera
escondida en los huecos
de tu pecho si el alma sigue entera.​

 

Te vi andar por la acera
caminando tranquilo sin apuro,
pensé que ojalá fuera
mi casa tu destino, pero juro
que yo no te conozco,
que nunca te he mirado antes que ahora
y de lejos te embosco,
te ataco con gavilla transgresora.
Te encierro en una jaula,
te ofrezco libertad por poesía,
haces rimas a Paula,
y te dejo ir con ella por la vía.
Historias que me cuento
mientras el sol herido se desangra
y en la noche lamento
no poder encontrarte por el angra*
de la tierra en que habitas,
por ese sur, tan lleno de misterios,
de estrellas, lucecitas
que te enredan el alma en cautiverios.
​

*Angra: En el diccionario castellano angra significa ensenada.​

 

Con irreales mármoles, imperios
construyeron los déspotas de ayer
en ambos hemisferios.
Siempre hay poco que ver
en ruinas de castillos y de amor.
Puntales derruídos,
apenas un dolor
de sueños carcomidos
por ese loco afán de todo ardor.​

 

Cuando existe el amor
todo se pinta de color de rosa,
y ya sea en soneto, silva o prosa,
es igual al albor
cuyo brillo se posa
no solo en el entorno de extensiones,
sino en los corazones
que aceleran sus rítmicos latidos
y ofrece más belleza a los sentidos.

 

Me entra por los oídos
música de romanza dulce y tierna.
Seduce mis sentidos.
Yo quisiera esta noche larga, eterna.
Es esta sensación
de dulce ritmo y calma
que induce mi evasión,
y vago en dulce sueño que me ensalma.

​

 

Angustioso dolor me expresa el alma
en la placidez de una mar en calma
al sentirnos perdidos
si nos culpamos uno al otro, creo
alimentar recuerdos escondidos
por llagas que no veo
responder me imagino
puede ser la actitud que me hace reo
del designio divino.
La brisa álgida azota mis cabellos
al extremo de un mar
azul de tonos bellos
su gélido metálico sin par
va borrando de mí
todo cuanto sentí
el día que dijiste no amarme
que deseabas estar en soledad
para pensar… ¿En qué?
no trates de engañarme, tu verdad
es algo que ya se
el aura te arrastró, puedes dejarme

 

Use dos espacio, ya lo arregle, espero comprendan…saludos

 

Puedes dejarme,
le dije yo a la musa deslucida,
he de quedarme
en silencio tenaz como suicida.
Pues solo muerta
ha de callar mi boca vocinglera,
aunque no es cierta
la firme decisión que vocifera.

Mi alma que se revuelve en los enojos
no perdona la noche sin tus ojos,
ligero cintilar que me ilumina
y mi negro penar lo difumina.

Solo negrura
abarcará mi noche, mi desvelo
y mi amargura
será mi nuevo manto, denso velo.​

 

Las noches y el desvelo
con el tránsito espeso lo fugaz,
escurriendo el anhelo
entrecejo de luna contumaz.

Y los dos proyectamos
las sombras espectrales de la sala.
Un equilibrio quebramos
apagando el fusil porque apuñala.

Los rostros compungidos
que sólo acunan la verdad adentro
a la pena ceñidos.
La noche es este pacto, un reencuentro.

(Gracias amigo, corregido. Saludos)

 

Muy buenos simbolismos, estimado amigo. Te apunto:
el/ en/tre/ce/jo/ de/ pe/num/bra/ vo/raz/= 12 sílabas (11 + 1)
só/lo a/cu/nan/ la/ ver/dad/ a/den/tro/ = 10 sílabas (con la séptima como tónica)

Quizá encuentre mi centro
en la galaxia que trajiste anoche.
No hay tono de reproche:
poseo un cero dentro
de un pecho que el reloj ya dio de baja.
Entonces, atesora
el pulso y la migaja
que percibas en él en cada hora.​

 

Actúo sin demora
ante esta situación me despabilo
de prisa por sorpresa
me revela la dicha donde mora
la razón está en vilo
la emoción marcha presa
alineándose van nuestros mundos
con sólo un sobresalto
la ocasión un asalto
y los dos más fecundos.

 

Un amigo me dijo, “cabizmundos
y muy meditabajos quedaremos.”
Venimos de dos mundos:
Él salió de las calles que queremos,
yo, de los mármoles cogitabundos,
los de sabios y memos.​

 

Jardín de crisantemos
son tus versos que inflaman mis sentidos,
me gustan sus extremos
que parecen de tu alma los latidos.
Su ritmo me acaricia
y me mece en deleite que perdura.
Disfruto su delicia
intensa que en tu boca se madura.
Voz arrullo, es tu canto
que se vuelve pasión, amor, encanto.


​

 

Perfume de amaranto
y un intenso picor en la cocina
tiende un manto difuso de neblina.
Otras especias uso y la rutina.
Agrego, un poco abuso, del amianto.
Y la vida fragante
entre tanto te da la bienvenida.
Principio detonante
es mi noble guarida.

(Disculpen mi experimento, es sólo eso. Saludos cordiales)

 

Una pronta partida
es razón de que pierda la confianza
te confieso querida
que albergo la esperanza
de volver enseguida
regresaré por mar aún dando remo
busco la soledad pero la temo

 

Tu amor es blasfemo
insulta la paz que tenía.
Ahora te temo
y temo aún más tu osadía.
Me siento insegura,
pues siento tu amor que me muerde
y el ansia perdura.
Qué más da, la vida se pierde
cuando no hay amor.
¡qué importa si luego hay dolor!​

 

Cómo suena el pavor.
Imagino chirrían las baldosas
e ingresa el viento helado por las fosas.
Quizás nunca se trate de las cosas
sino de cierto agravio, o escozor
propio del ser sensible.
Experimenta la herida
por dar con lo invisible.
Después de todo nada es más temible
en nuestra corta vida
que manifestaciones de ausencias.
El horror es la forma natural
-el drama de querencias-
que aparece de modo fantasmal.

 

Tu imagen fantasmal.
Ya hace tiempo que fuiste el universo
y mi todo abismal.
Estabas como el aire,
en el cielo disperso.
Mis ojos te encontraban al desgaire
no había que buscarte.
Siempre estabas presente, tal era tu arte.
Estabas en mis manos
estabas en mi boca
estabas en mi piel
siempre estábamos juntos, cotidianos,
pero ese triste día fui la loca.
Se acabó tu presencia, con tu miel.

​

 

Me ha disuelto, sin prisa, el oropel.
Asesina serial es la ciudad.
Todos con su papel:
víctima y victimario, sin piedad,
haciéndose el amor en callejones,
bípedos como drones
en misión kamikaze del oprobio,
puños que matan y se manicuran
en fastuosos salones
donde crece el microbio
del odio y las heridas que perduran.
Se ve más limpio el roto en los desechos
y el verde de los techos.​

 

Abundan los helechos,
el verde y la humedad todo lo inundan.
Escasean los árboles por trechos,
haces de luz circundan,
es el sol que se cuela entre las nubes.
Es paraje irreal,
el viejo monasterio abandonado,
construido por el tiempo virreinal
que nos hace soñar en el pasado.
Soneto de Sor Juana, original,
"Al que ingrato me deja..."
Es tan actual la queja.
Recitado a dos voces sin mesura
No hay nadie que nos haga la censura.


Desierto de los Leones; Ciudad de México.​

 

Camino entre basura
verde que adereza, con alas muertas,
la tierra que es carbón de la locura.
Hay pocas cosas ciertas:
futuro en estertores, y esos niños
con ojos como pozos silenciosos,
ajenos a cariños
que son ya solo sueños impiadosos,
merodeando radiactividad.
Queda poco, es verdad,
si todo es gritos, huesos, piras, fosos.​

 

Todo ocurre en los fosos.
Ocultan las infamias y el temor
como letal principio reactor
del discurrir acuosos.
Habré quedado aquí
lamentando en secreto
las razones que esconde este cruel veto...
Y la sangre perdí
cuando vi la niñez
desarmarse y amando
por amor los silencios entregando,
cuando ofrece grandeza su preñez
vibro con alborozo.
Quiero reencontrar la lucidez
en este calabozo.

Aclaración: Sé que hay una asonancia que conviene evitar (-osos y -ozo), pero vi hacerlas en silva, si lo permiten queda, de lo contrario lo modifico. Ustedes decidan. Saludos.

 

Dentro del calabozo
rumiando soledades que me ahogan,
quisiera encontrar gozo
en todas tus palabras que dialogan.
Palabras como azul,
azul con el que ves,
que ves nubes que flotan como el tul,
el tul que es tu revés,
pues eres duro a veces como roca,
como roca que en silencios forjada
no suena y me provoca
el deseo de verla suavizada,
y escuchar de tu voz cantos con ecos
magia de tus arrullos y embelecos.


​

 

Permanecen los ecos
marisma del encanto musical.

Con su sabor a sal
la dulce ensoñación de nuestros cuerpos.

Cuando arribe al ocaso nuestro mar
el elixir de versos
besa la costa... antes de volar.

 

Se trata de volar
de quedar suspendido sobre el viento,
olvidar el llorar
y darle libertad al sentimiento.
Que flote sobre aromas,
sobre pétalos suaves como nubes,
y no temer si subes
y te enredas girando con maromas.
Que sueño nada más, siempre sin verte,
que no quiero sufrir
que solo es mala suerte
que no quieras venir.
Pero no he de sufrir ya por tu ausencia
lo que has dejado en mí,
es aroma, es esencia,
sutileza ilusoria que me llena.
La diste porque sí,
me vaciaste la pena.
​