Esgrima de "Enzonettos"

Picaflor.

Las flores que nos cantan con color
armonizan la imagen en tonos de alegría
y suman más placeres con su olor.
Dos sentidos combinan su armonía.
No sé si será un arte, tal vez artesanía.
Traen al picaflor
borracho de pasión por ese dulce néctar,
parece que es amor
que controla su vuelo, tal vez es tiranía,
pero zumba su son en sintonía
con su brillo de pluma tricolor
que hermosea la imagen, logrando sincronía
de colores y olores con primor.


​

 

El ciclo de la vida.

Suspendido en aromas de ambrosía
uniendo cielo y tierra besos de primavera,
liviano como pluma que escribía
con grácil arabesco, mas certera,
un poema de amor de candidez sincera
a la corola impía.
Pétalos coloridos de experta cortesana,
su aroma el ave ansía
en un arcano baile que la floresta espera,
al amparo de Ceres, regenera
a las humildes flores, melodía
en que palpita un ciclo de eternidad austera,
al verlo me emociono todavía.

 

En aquel día...

En el día cayeron todas nubes...
Siempre que abro los ojos veo el cielo esponjoso
vertical la mirada de querubes.
desde este firmamento tan curioso
para el cielo azulino, como el mar tormentoso
ni tu lágrima subes.
No me preguntes nada conozco solamente
aquello que se intubes:
nidos del campanario siempre por silencioso
abandonaron rápido los clubes
muertos por devastados si titubes
en oscuro pasillo siempre por quejumbroso,
se cubre de dolor porque lo entubes... ​

 

No más dolor
Ojos quiero de satinado cielo
aunque la negra tinta deslice por la pluma
que el Dios Eolo en drástico flagelo
de brioso viento la constante bruma
cegadora disipe, la amargura que suma
al cristalino hielo
que al alma cubre, funda transparente fluyendo
el prístino arroyuelo
de delicada lírica que a la musa perfuma,
tornando azul profundo y blanca espuma
un verso hiriente y gris como escarpelo.
Trinando el ruiseñor que su canto presuma
en poema de amor que encienda el celo.

 

Vuelve el dolor

De acuerdo a las pautas, entiendo que el siguiente siempre tiene que ser una respuesta al anterior.

El germen del dolor comió mis venas.
Mi carne es una pulpa cobrando un tono oscuro.
Ayer, de una ilusión que emboza penas,
la lúdica crueldad no fue el cianuro
que consiga sacarme del conjuro
como elixir de muerte.
Los años serán siglos de cadáveres secos
de tanto retenerte
en el nuevo naufragio de un pensamiento impuro.
Una burla soez es el futuro,
una cueva repleta de condenas,
el hombre desdentado ante el pan duro
del rencor que le hilvana más cadenas.​

 

Muy bueno, Hermenegildo.

Cadenas.

Si hablamos de cadenas, las de amor.
Primero nos engancha con flor, zalamería,
provoca que encendamos el rubor.
Inicia con canción, algarabía,
nos incendia pasión, nos infunde alegría
nos arrulla el rumor
y una vez que se alcanza esa meta soñada,
disminuye el calor,
nos impone su ausencia, nuestro ser desvaría,
el ansia nos aturde todo el día.
No hay nada que nos calme el dulce ardor.
Inicia sin saberlo esa cruel agonía,
la ausencia persistente y el íntimo dolor.


​

 

Muy bueno Luciana

Encarcelado

Frío acero, damasco toledano,
templado en la sospecha de la afilada duda,
la sinrazón que lastra de antemano
sereno vuelo al alma, triste y muda
en fría decepción y soledad se escuda.
Un sórdido pantano,
intrincado manglar que se instala en la mente,
soliloquio de humano
ante el fiero dolor que al corazón anuda
sin una opción que la verdad eluda
que muestre un horizonte más liviano
un cielo más azul en vez de la tozuda
postura de un destino soberano.

 

Cuestión de probabilidades.

¿Qué probabilidades hay de amar
y de tener éxito total en esta vida?
¿Y cómo sortear el avatar
que lleva a situación mal avenida?
¿Con qué matemática, aún no establecida,
se puede plantear
teorema capaz que pueda resolver
o al menos orientar
alguna solución que en el amor coincida?
¿Será que la respuesta está prohibida?
¿No hay forma de este asunto rematar?
¿Por qué pugna el amor buscando su salida?
Es la vida que lucha por su estar.

​

 

Quizá el destino

Pide el ave volar lucir plumaje
aunque un Helios radiante de abrasadora llama
fundió los sueños de Icaro, el linaje
que en su blasón dibuja un alma que ama,
persiste y al amor con aquel fuego inflama.
Requiere aprendizaje
no hay ciencia más oculta que aquella que es negada
enturbiando el celaje,
el rencor y los celos aseguran el drama
urdiendo en la sospecha negra trama.
De rojo el corazón de duelo el traje,
sin la palabra justa que cierra el crucigrama
priva el vuelo lastrando de equipaje.

 

Secos de tu anhelo.

Amándote he volado el azul cielo
y fue un vuelo fugaz de traza refulgente.
La memoria lo cubre con un velo,
pero aún en el sueño está vigente.

Aún cuando el dolor rompe la fuente,
me va naciendo el celo,
el que me hace temer y amor corrompe,
lastima su flagelo,
y aunque quiero evitarlo me hiere recurrente.

Yo busco entre tus versos aliciente,
pero es que están ya secos de tu anhelo.
¿Cómo puede el amor quedarse sin simiente,
morir como una flor cubierta por el hielo?


​

 

Frío en el alma

Reflejos diamantinos de prisión,
en una nívea tundra mi corazón habita,
surcando el cielo el cazador de Orión
con voz de plata mi destino grita.
Ya cubren las escarchas el verde malaquita
de la esperanza al son
de los compases tristes y de las flores secas,
el dolido bordón
de la melancolía, negra y certera cita.
Un epitafio oscuro finiquita
tanto sueño cargado de ilusión,
flotando en la neblina su fuerza debilita,
acude el llanto y cesa la pasión.

 

Calor en el alma

En el hondo fulgor de un corazón,
que es un capullo cálido, el alma se desquita
con el ala emplumada de ilusión.
La carne, otrora exangüe, resucita.
Vemos sombras huyendo, mientras la luz medita
cómo es que la razón
insiste en no desviar el rumbo de la vida.
Es dulce el tropezón
si en fuegos de un atajo se enciende el pecho y grita.
Olvidemos los mitos de Afrodita;
hoy lucen como un rústico cartón,
un impúber orgasmo, cliché de comiquita.
En eso nunca encaja tu canción.​

 

Andancia*.

Insiste la razón, tomar distancia.
Eso es cosa de jóvenes hermosas y arrogantes.
Habrá que controlar esa intensa ansia
que me impulsa y me agita por instantes,
pues estoy viva aún, mas no es como antes.
Me dirán que es andancia*
eso de enamorarme y sentir la ilusión,
es tal vez resonancia,
pero es que ya mi voz son ruidos discordantes,
mas me inundan los sueños delirantes.
Hay que encarar el fin con elegancia,
enfrentar del amor, todos sus agravantes,
concedernos al fin, la extravagancia.
​

*Andancia: Síntomas de alguna enfermedad leve.
https://www.asale.org/damer/andancia
​

 

Ciego Amor

Aunque luzca la colorida rosa
sus delicados pétalos que de pasión declina
buscando de la bella mariposa
el beso, entre sus hojas se adivina
la laboriosa tela de encaje y seda fina.
El ave cautelosa
esconde en el zarzal su delicado nido
de la rapaz que acosa,
con vistoso plumaje, su melodía trina,
es su destino voluntad divina.
Consciente del peligro lanza ansiosa
su llamada de amor que flota cristalina,
suena la nota incluso más hermosa.

 

Eterna Paradoja

Rompe el silencio en la cañada vieja
bajan las tordas cabras entre agudo ladrido
suena a lo lejos la cansina queja
de los cencerros de metal bruñido.
Languidece el paisaje, pareciera dormido,
la nostalgia no deja
disfrutar al pastor de un bellísimo ocaso,
su semblante refleja
la eterna paradoja, por amor malherido,
el dolor le mantiene dividido
un corazón, que de la pena ceja
en su empeño en lograr quizá crear un nido
donde sanar el mal que al alma aqueja.

​

 

Como el jade.

El recuerdo es quimera que me invade
que me hace sentir joven naciendo a la ilusión.
Mis pensamientos brillan como el jade
y entono nuevamente la canción,
aquella que entonabas por pura diversión.
Es son que me persuade
a escribir estos versos dedicados a vos.
Tal vez tierna saudade
de tu verso que es brisa con aroma a pasión
que le acelera el ritmo al corazón,
pero la inspiración, no está, se evade.
El dolor de tu ausencia me causa desazón
y no hallo pensamiento que me agrade.

​

 

SABER DE TI

El vuelo de la grácil mariposa
emulaba la pluma buscando primavera,
cantaba el ruiseñor sobre la hermosa
peregrina; ser mago amor quisiera
de poética alquimia que el dolor convirtiera
en la dorada rosa
que luce en los palacios de las cortes de oriente,
la venerada diosa
que escribe en blanco lienzo la palabra certera
que libra al corazón de la ceguera
que mantiene mi verso en la arenosa
playa de la nostalgia, solo una frase espera
para fundir de amor la fría losa.

​

 

Cómo brilla el amor.

Cómo brilla el amor, luce en tu verso.
Es ramo de gardenias con su sutil aroma.
Es como un beso tenue, suave y terso,
dulce como mordisco a roja poma.
A veces con matiz alegre como broma.
Es además diverso,
a veces es oscuro, pero me hace feliz.
Amplio como universo.
Todo me lleva a él como si fuera a Roma
y todo cabe en mí como en un genoma.
Le conozco el inverso y el reverso,
pero cuando no está, todo mi ser desploma
y se hunde en un pozo oscuro y perverso.


​

 

AFLICCIÓN

Del ónice del bello camafeo
o de la rara perla de principesca tiara
se bruñe en brillo el verso cuando veo,
con los ojos del alma limpia y clara,
el conjuro de amor que en el pecho dispara
el vaivén del deseo.
La desazón en cambio me invade si en el fondo
de tu mirada leo
la atribulada sombra de una tristeza, para
todo fulgor, es como si cesara
su canto el ruiseñor y el aleteo
la grácil mariposa y se arrullara
el verso entre los brazos de Morfeo.


​

 

Sonido de campana.

Tu voz tiene sonido de campana
que lleva su mensaje acribillando al viento.
Su sonido es que a mi alma la engalana
y me vibra a tu son, con sentimiento.
Y me pongo a cantar, alegrándome el momento
y la pasión me gana
y mi cuerpo se expresa danzando con tu ritmo
y en esa danza sana
me olvido del pesar y cesa mi tormento
y me sube el calor, mas no reviento.
La danza se va haciendo más profana,
aumenta la tensión y en giros me caliento.
Me convierte tu voz en una tarambana.​

 

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Danzante melodía

Vuela el alma de la festiva lira
levantando los tules al compás de la nota
campanilla de plata gira y gira
la ornamentada cinta al aire flota.
Candorosa princesa de una tierra remota
de deseo suspira,
luce el ave cantora su trino de marfil,
azorada respira
del vaivén celestial donde el arpegio brota.
Con sedoso flagelo al aire azota
dobla el talle la flor de amor que inspira
sigue a la voz de un verso de una dulzura ignota
la alocada veleta vira y vira.

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Envuelta en mariposas.

Es tu palabra el bálsamo que anima
y va dejando a mi alma envuelta en mariposas.
Me limpia de pesares y de grima
y el aire se perfuma cual de rosas.
La magia de tu amor que plasmas en tus glosas
me eleva hasta la cima.
Tus poemas me inflaman la pasión
y así tu voz me mima
y fluye mi placer por zonas misteriosas,
pues tu magia produce luminosas
sensaciones que causan que yo gima,
tan solo por decirlo con voces cariñosas,
todo mi sentimiento se sublima.


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VAN LOS VERSOS

Navegando en la nube de marfil
más allá del confín de los celestes mares,
entre fragancias de florido pensil
y reflejos del ámbar de los zares
van los versos de amor; un cantar de juglares,
un rocío sutil
en el prado sediento que te empapa por dentro
como lluvia de abril,
que te moja los labios de néctar de azahares
enfermando de olvido tus pesares.
Como si fueran prístino buril
doctos labran en blanca carrara los sillares
que servirán al alma de pretil.

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Me desgobierno.

Versos, versos de amores, como flores
recibo de tu voz con ese tono tierno
y llénase mi estancia con olores
y es un placer que quiero sea eterno.
Recibo tu regalo y ahí me desgobierno,
porque no eres las flores,
porque no llegas tú, porque no estás conmigo,
y me agobian ardores,
ya que esta soledad es fría como invierno.
Me alivio si te escribo en mi cuaderno
los versos que desfogan los dolores.
Te escribo de mis sueños, de ese deseo interno
de que conmigo estés, no te demores.
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TRAZAS DE AUSENCIA

Solo obtengo al pensarte breves trazos
aromas de nostalgia que inundan mis sentidos,
y neblinas que pueblan viejos pazos
con jardines caducos y escondidos.
Paisajes de románticos poetas malheridos
recabando retazos
de amor entre los sueños para adornar sus versos
de oníricos lazos.
Duelen los bellos cisnes bajo los abatidos
sauces de la laguna, afligidos
tu ausencia esconden bajo sus abrazos,
lloran sus corazones por los fados huidos
del ruiseñor rompiendo en mil pedazos.

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