Por nuestra gran amistad

Fragmeto de una carta rimada de 10 000 versos, que le enviara a mi gran amigo uruguayo.
Del cual tuve la oportunidad de volver a compartir su lectura e intercambiamos ideas, años después.​

Que diría yo mi amigo,
a usted que tanto lo quiero,
dejara escapar al olvido,
todo cuanto le debo.

No se preocupe que aún estoy,
entre los hombres sinceros,
no podía dejar para luego,
estos versos que hoy le doy.

A veces pensé negociar,
en mi mente descarrilada,
cuanto amor que destallaba,
cómo se lo podía brindar.

Pero creo que, como usted,
tanto tiempo que le dedica,
mi pluma a la hoja salpica,
una gotica de fe.

Amigo pronto iré,
recobrando más fuerzas,
la verdad es que el interés,
no es aliada a la torpeza.

A pesar de que estudié,
una carrera digna de mí,
a veces creo que fingí,
y que mejor pude ser.

Aunque jamás le mentí,
a mi tierra soberana,
ni a la bandera cubana,
sólo creo que fue así.

Tenemos defectos propios,
a nada de ello estoy ajeno,
poseer el alto valor supremo,
de ser honesto, es un elogio.

Me cabe la obligación,
de enseñarle quien yo soy,
para que no crea que estoy,
sobre una falsa ilusión.

La ignorancia de los hombres,
que poco quieren aprender,
duran poco, suelen ser,
pequeñas palabras sin nombre.

Yo realmente cuando pienso,
que la vida es tan sagrada,
de pensarlo está perdonada,
la vida es mucho, en tan corto tiempo.

De mi ignorancia hoy estoy aquí,
gracias a ella es que podido,
mirarme al espejo, y saber que fui,
un amor presente, de un sentimiento perdido.

Aunque a decir verdad que a mí,
de amores y tanto estudio,
a veces sentía el preludio,
de lo que sanamente fui.

Aprendí a amar con cuidado,
me convertí en ser respetuoso,
aspiré a ser más honrado,
aprendí a ser más cuidadoso.

Soy después que sale el sol,
como las nubes opacas,
que de llover, brota el calor,
yo que duermo en mi butaca.

Sobre mi cae el esplendor,
dulce sombra, y mi mata
de girasol, surte el color,
que mi mente idolatra.

Siento frío y estupor,
sobre la hierba está la hamaca,
que me acompaña en el dolor,
cuando la alegría me arrebata.

¿Dónde está mi corazón?,
tengo miedo de que no lata,
con la fuerza del amor,
que no venza las etapas.

Poco digo, y poco soy,
soy cobarde porque empata,
la ilusión que va al temor,
de una imagen tan ingrata.

Es que ando como el barco,
que no sabe a dónde va,
lento oprime, casi impacto,
dejo el aire de igualdad.

He pasado por varios momentos,
los cuales no he podido olvidar,
me han sacudido los lamentos,
otros me han hecho llorar.

Pero llevo, por supuesto,
el amor conque he de gozar,
ya se alejan los tormentos,
de ellos voy a disfrutar.

En otra cosa no he de pensar,
así es de simple el sueño mío,
las ideas fluyen como un río,
cuan grande es su caudal.

Estas palabras quizás a usted,
le parezca un trabalenguas,
pero la verdad es que toqué,
con mis manos la existencia.

Algún día llegaré,
a pesar de que el camino es largo,
quizás mañana tocaré,
el deseo que aún está intacto.

Le estaré eternamente agradecido,
a usted y a la razón,
no es retrato mi corazón,
de un ser mal nacido.

No soy de los que tratan de justificar,
los defectos con el tiempo,
soy de los que tratan de enmendar,
la reflexión, no el sufrimiento.

Cuanto ansío despertar,
dedicando tanto esfuerzo,
cuanto quiero derrochar,
lo hago en vida, para que muerto.

El verso se encamina,
a ser un poco más disperso,
la letra oscura se ilumina,
mis ojos están aún despiertos.

La vida todo me dió,
me dió el placer y me dió el canto,
me dió las fuerzas, me educó,
¡Mira que me ha dado tanto!

No descuido mis líneas,
no las dejo ostentosas,
no provoco que la rima,
sea pobre, caprichosa.

Tengo en mi casa humilde,
entre tantas líneas y hojas,
una leve y suave estirpe,
y un sentimiento que se aflora.

Soy así, así soy yo,
soy de seda en mis canciones,
soy quizás, el que burló,
entre tantas líneas, pretensiones.

Soy de flores, el aroma,
del hedor, soy lo que muere,
soy del nido, la paloma,
soy del amor, lo que hiere.

Soy así, le soy sincero,
aún mi sangre es muy joven,
aún me queda el agujero,
que destila ímpetu de hombre.

Mis palabras si poco dicen,
es porque mi mene absorbe,
delira en lo que persiste,
letras inicuas y torpes.

Puedo pensar que en casa triste,
donde escribo mi poema,
la razón, amor persiste,
el impulso no me frena.

Tenga de mi lo que con tanto tiempo,
creí que era sólo un sueño,
se ve que puede el empeño,
ser el autor de nuestros actos.

De la vida me encamino,
su imagen es la que me ayuda,
mi corazón late, lo reanimo,
para que no quede en la duda.

Poco importa mi nacionalidad,
para inspirar a un verso,
solo puede la igualdad,
de sentimientos ser menos denso.

Abogo por la libertad,
de un mundo que sea más dispuesto,
donde toda la humildad,
valga más que el odio impreso.

Conozco de otras cosas,
que duelen y que nos perdonan,
conozco de muchas estrofas,
que poco decir, entonan.

Si del árbol que me acompaña,
en mis letras mañaneras,
si la lluvia que me baña,
de la calidez habanera.

Aquel que dice, que perezco,
tiene gracia en su quejar,
apenas a otros me parezco,
no se bien lo que es cantar.

Comenté antes que yo,
aún no llego a ser poeta,
sólo alguien que probó,
de la vida, su receta.

Mire usted mi gran señor,
sus ojos sanos que me lee,
mire usted como el amor,
a decir tantas cosas se atreve.

Vengo en paz con mi soberbia,
y con la rabia de mi cuerpo,
reconozco que la demencia,
poco trae de remedio.

Prefiero ser quien escribe,
entre letras, osadía,
prefiero ser quien prescribe,
en mi noble poesía.

La verdad es que no pesa,
revertir los malos tratos,
la verdad no se desprecia,
la verdad no es gazapo.

Yo apuesto porque podemos,
apreciar al buen amante,
yo descanso en que tenemos,
un corazón gigante.

El amor está por encima,
de nuestros cuerpos y nuestras almas,
el amor es dulce, domina,
el amor, la pasión arrebata.

Vea usted que digo y pienso,
algo que aún desconocía,
y hoy traduje en mi pensamiento,
esa dosis de alegría.

Me cabe el afán de que pude,
decir en muy simples palabras,
pensamientos que no excluyen,
la sinceridad del habla.

Cada mañana cuando levanto,
la cabeza de mi almohada,
siento suave, el encanto,
de expresar ideas sanas.

Sueño a veces que me envuelvo,
en pasiones de ideales,
transformando dulces sueños,
en palabras naturales.

La luna hoy no ha salido,
de los gallos, no hay cantar,
el rosal no ha florecido,
y del clima, un vendaval.

Sopla fuerte el viento brusco,
el hollín opaca el cielo,
y el sol calienta mucho,
del nubarrón, cae el aguacero.

Vida tengo, vida traigo,
soy quien soy, y eso empero,
mente firme, sin resabios,
paso fuerte, sobre esmero.

Le diré de nuevo,
que jamás esto lo había hecho,
pero si es azul el cielo,
yo puedo sacar palabras de mi pecho.

Cada línea que escribo,
me conmueve y me asegura:
que la fe hacia un amigo,
es la pasión más pura.

Mis palabras, sentimientos,
mi dedicación, inspiración;
mi decir, los pensamientos
que cosecha mi corazón.

Cierra el punto una estrofa,
entre versos exclamación,
poco la exageración,
no hay letra tormentosa.

De escribir, casi que aprendo,
pues la rima se dispara,
parece que algo reventara,
cuando a componer me detengo.

Siempre busco de que rime,
mis líneas consentidas,
y no dejo que se contamine,
con una expresión conocida.

Turbia el agua que se opone,
a que escriba a mi antojo,
cierro, pienso, abro los ojos,
la mente de mi canción dispone.

La dicha de poder vivir,
apurados hoy en día,
nos roba la alegría,
de poder concebir.

La mentira es traición,
a nuestra propia conciencia,
es tal vez la irritación,
que nos roba la decencia.

Provocar es un pecado,
que del mal que nos acecha,
nos transforma, nos pertrecha,
nos tormenta, desarmado.

Corregir es el don,
que posee nuestra mente,
de revertir la acción,
que cometemos, deficiente.

El valor es cualidad,
que da muestra de heroísmo,
es aplique de uno mismo,
sintetiza la bondad.

Amabilidad es lograr,
complacer a nuestra alma,
es razón para adorar,
nuestra sensibilidad didacta.

Ayudar no es un milagro,
es amar a nuestro deseo,
es adorar, es apego,
es avivar el lauro.

La respuesta de la vida,
a todos nuestros actos y gestos,
es razón para ser activa,
la secuencia de nuestros afectos.

Si del dicho la palabra,
si de la letra la expresión,
me cabe la satisfacción,
de deletrearle mi rabia.

Porque aquel que bien cree,
que es el hombre más sensato,
va creando a cada rato,
una situación que hiere.

De por sí, voy bien despacio,
no remuevo la coqueta,
madriguera, mi receta
a los resabios.

A la vista voy cantando,
algo que huele a melodía,
creo, que voy conformando
y edificando mi abadía.

De estas cosas ya sabía,
por eso es que le escribo a usted,
por su paciencia, porque sé,
que esta entonada leería.

En el miedo la desdicha,
en la pena la ilusión,
de que se pueda vivir mejor,
recibiendo amor y no golpizas.

Conversar sobre estos temas,
traen paz a nuestra conciencia,
quien no goza de apariencia,
cuando el dolor condena.

Se quiebra el verso, si hiere,
se rompe en pedazos el alma,
el corazón pobre, muere,
de surcos rompe la calma.

El verso lleva el deseo,
de juzgar a la mentira,
y a decir de ella creo,
que a la vista, no me inspira.

El verso nunca conspira,
es arma que va sin prejuicios,
ideas que van, luego viran,
sin tener compromisos.

El verso es fuerte, penetra,
en nuestro pensar de hombres,
es un haz que deja en su letra,
la exactitud, sin nombres.

El verso es la energía
que impulsa a nuestras razones,
nos prepara, nos da alegría,
nos alienta, nos repone.

El verso es como el agua,
que nos compensa la sed,
cuando en el pecho fragua,
nos suele quitar el estrés.

El verso es melodía,
el verso como el bastón,
nos da un pequeño empujón,
cuando se nos atora la melancolía.

El verso no es inusual,
el verso premeditado,
cuando es bien preparado,
provoca el bien, y no el mal.

El verso noble construye,
el verso justo destella,
la sensación más bella,
que el corazón le atribuye.

La sinceridad es el precio,
por el que pasamos cuando se es noble,
es el gesto más diverso,
y a su vez el arma más pobre.

Es el fruto de la virtud,
que desprende nuestro cuerpo,
es tal vez, la gratitud,
que nos convierte en más auténtico.

Es acción que lleva valor,
es modestia deslumbrante,
es quizás el gran sabor,
que nos deja mitigante.

La vergüenza de que exista,
virtud tan grande y tan hermosa,
es la prueba de que la conquista,
de nuestra imagen es más virtuosa.

A veces escribo que parece,
que no se entiende lo que digo,
pero ya que usted ha compartido,
con mis letras, honor me ofrece.

No reduzco mi pensar,
a trabarme entre las cercas,
que por suerte van supuestas,
para querer equivocar.

​

 

Me honra con tomar de su tiempo para leer estas líneas.
Muchas gracias Iván Terranova Cruz por sus alentadoras y sinceras palabras.

Saludos

 

Muchas gracias James De la rosa, me honra que así sea.
Agradecido por su visita.

Saludos

 

Muchas gracias Poeta en Silencio por sus sinceras palabras.
De seguro lo amerita.
Me honra con su visita.

Saludos

 

Gracias bristy por llegar hasta aquí.
Me honra con su visita.

Saludos

 

Muchas gracias amiga, siempre me honra con sus positivos y alentadores comentarios.
Le deseo a usted también una Feliz Navidad en armonía familiar como usted bien merece.

Saludos