¡Ayuda!, ¡Por favor, imaginero!

¡Ayuda!, ¡Por favor, imaginero!
Desclávame mi mano lacerada
para limpiar la cara marchitada
de mi Madre, de ver como me muero.

¿Cómo fuiste capaz con tanto esmero
de tallar su tristeza sosegada
sin que una humilde gubia mal llevada
dejara en ella un rostro más severo?

No merece una lágrima escurrirse
ni su rostro tan bello mancillarse
y por eso en tu oficio yo delego.

Cuando la haya limpiado, te lo ruego
me vuelves a clavar, pues es mi sino
y debo proseguir en mi camino.
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Muy acorde con la semana que vivimos el tema, y una excelente ejecución.
Original la idea. Me ha gustado mucho.
Saludos.

 

Gracias por tu comentario, realmente la imágenes que en estos días procesionan dan para mucho , aunque las musas estén de vacaciones. Saludos. Bernardo de Valbuena.

 

Recuerdo cuando la Semana Santa era todo un acontecimiento. Hoy no se ve fervor ni fe y todo se ha reducido a un feriado de viernes al que ya están tratando de eliminar. Un abrazo, Bernardo.

 

El fervor y la fe es propio e intransferible, y todo hay que respetarlo. Mi soneto está escrito con mi fe y mi fervor, y ahí está para el que lo quiera acariciar. Gracias por tu paso. Un abrazo. Bernardo de Valbuena.