Breve instante

Así, tú existes: efímera, diáfana, un destello que se apaga antes de que pueda nombrarlo. Pero tu mirada es prueba de que existe un Creador. Esa risa escandalosa y desordenada es como una onda de fotones en el vacío, como el flujo de electrones, como la despolarización neuronal tras un impulso. Y yo me arrastro entre metáforas como quien camina sobre vidrios. Lo nuestro fue tan breve que no merece nombre, apenas un roce, pero ese breve instante —entre la incertidumbre de vida o muerte, de cielo o abismo— abrió mi carne. No es retórica ni miedo: es mi yo buscando anclaje, queriendo sobrevivir a la ausencia de tu cuerpo.