Un par de episodios para rescatar

Pasa, mi vida, que se te descompone el cielo
en medio del tránsito,
y caes de todas partes
y solo tengo estas manos que pueden arreglar
un neumático, pero no saben armar un cuenco
para contenerte, desalinizada, o desalojar el mar
que hunde tu bicicleta
o lanzar charcos al aire para hacer pirotecnia
o palomas de la paz.
Estos ojos sin vocación de sombrilla
te saben calada hasta mis tuétanos
por lo que tienes de lluvia e inevitable,
pero no hay río que se moje cuando lo bañas,
y al rato tu humedad remonta el limo
y ya estás ondeando en los cúmulos
con boca tan escapada que puedo ocupar tu risa
y ocuparme de sonreír.

Pasa, mi amor, que te repliegas hasta donde no llego
cuando te vas a buscar a la niña que fuiste,
y quiero que la encuentres, que la abraces,
que le des mi dirección de entonces,
que allá tengamos todo el tiempo
para jamás envejecer,
para nunca hacernos pequeños.
Te marchas, pero dejas algo a tiro de piedra
para extrañarte: yo.
Y soy un experto, el mejor como no te imaginas,
pero quizás intuyes.
Porque regresas y vengo de tu mano, contigo.
Porque también, a veces, me marcho
a no encontrar al niño que nunca seré,
pero te encuentro, regreso cogido de tu mano,
y recuerdo que así quiero vivir:
lo más lejos posible de lo que nos haga olvidar.

27 de septiembre de 2025​

 

Hermosa expresión del deseo de compañía compartida. Un gusto leerte.

 

Señor Pedro, a mí nadie me hace mucho caso. Será la edad que a uno lo hace invisible, o mi carácter burlesco o poco formal. Pero usted hágame caso. Tiene talento, y mucho. Sus metáforas son frescas, un buen ritmo, imágenes de contrapunto e igualmente frescas y hasta a veces divertidas y muy originales.

Siga escribiendo para usted y para divertirse, que los premios ya llegarán, y si no llegan qué más da, si esta humanidad está más loca que yo. Conque la gente que le lea disfrute es suficiente.

Saludos cordiales, compañero. Un placer.

 

que tremendo escribes poeta.
Esa nostalgia tan pura, tan absurdamente bella convoca.

Unplacer leerte.
saludos

 

El gusto es siempre mío, querida Luciana. Gracias por tu presencia constante y la cálida atención. Te mando un gran abrazo.

 

Así estás, ya te veo... ¡Tanta sonrisa que te queda pequeña tu cara de culo!
Así estás de baboso y dulzón que... bueno, nada, ya te quiero, ya los quiero así: piojosos y enamorados.

Chanclazo y abrazo, Flaco.

 

Bueno, me gusta la inteligente argumentación, con la que ha sabido configurar a; su excelente poema; compañero Pedro Olvera. Sinceramente, lo felicito por ello.
Cordialmente: