A la sombra

en general se acepta que el verano
comienza cuando las hormigas
se convencen de que tu mantel
es el granero del mundo

o cuando
en la fuente las mariposas
se ahogan en tu ensalada

o en los terrenos baldíos la noche
se enciende de luciérnagas

asimismo
cuando se percibe
esa franca disposición
a ceder el asiento
al saludo efusivo
o la propina

es que estamos indudablemente
bajo el cabal
influjo del estío

y es evidente que hemos iniciado
otra vuelta cortita por el cosmos
un giro de tuerca sobre el eje
de esa nada que llamamos vida
que somos apenas el residuo
casual de otro solsticio
y que

no tenés que ser astrólogo
para darte cuenta que la gente
está por cobrar el aguinaldo

o que tu vecina ha cambiado
el rompeviento por la calza
la gripe por un montón de alergias
el fuego por el agua
de un melón recién cortado

eso sí
sólo hay una cosa
que detesto del verano
o dos
su carácter selectivo
y que esta celda de mierda no tenga
vistas al patio