Lo que ves.

Haces silencios por cada frase
que anota la frigidez del pesar.
No hablas y no esgrimas,
evitando de lejos
que hablen
los latidos verídicos del corazón.

Miras desde la otra dimensión mis expresiones
imaginando que las sombras no se extienden hasta tu isla,
cuando hace tiempo
mi pluma encarnada en tinta
ya escribió en tu sangre
mi ternura.

No dices nada,
y sin embargo me ves.
Ves al alma inquieta que te dice
y a la vez,
te ves a ti en un espejo
en un reflejo que nunca
termina.

 

Somos espejo de aquello que amamos y nos complementa. El amor es el reflejo de nosotros en el agua que se agita cuando la tocamos, cuando hacemos de ella la vida que nos bebe y que bebemos. Gracias por tu poema. Saludos cordiales.

 

Dulce angustia destilan tus versos en imágenes que se deben interpretar con el latir del alma, para vivir la claridad de tu sentir. Siempre, siempre tristeza con miel tenue en la mirada. Un abrazo fuerte, poetisa.