Al buen lector

El mundo del lector es introvertido,
tiene pasos perdidos y equivocados,
¿quién dijo que no existen poemas para los amigos,
qué sólo son para los enamorados?

El mundo del leyente, que bonito mundo,
es el mundo de la pasión, de la emoción y de la espera,
es el clamor intenso al bienestar profundo,
es apreciar a todos, no es sólo amor, cual fuera.

El amor que se tiene a la mujer,
el amor que se le tiene a un amigo,
hasta amor al enemigo se ha de tener,
Martí lo dijo: yo aprecio a mi enemigo.

Comparto estas letras al buen autor,
cualquiera es bueno mientras sepa leer,
el que escuha también, bueno es el amor,
y no hay diferencias, no se deja vencer.

El mundo del lector es introvertido,
dejemos los prejuicios en el pasado,
expresamos amor a la mujer y al amigo,
aunque los dos se diferencien, lector equivocado.

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Hermoso poema, cada quien entiende lo que quiere de lo que lee, ya que citaste al gran Martí, un poema que aprendí desde la educación primaria:
Cultivo una rosa blanca, bueno cada amigo sabrá entender esas muestras de amor fraternal.
Grato pasar a leerte y dejarte mi humilde huella.
Saludos y un fuerte abrazo.
Alfredo

 

Muy lindo Alde es verdad que es como dices me encantó este poema.Besos desde andalucía.

 

Estimado Alde concuerdo con sus palabras,evidentemente el amor se le puede entregar a todos por igual aunque como bien usted dijo,los dos se diferencien.
Abrazo

 

Muy buen poema Alde. Me ha gustado. Un abrazo con la pluma del alma

 

Gracias por llegar hasta aquí.
Es un honor que me hace.

Saludos

 

Gracias por llegar hasta aquí.

Saludos

 

Gracias por sus palabras y visita.

Saludos

 

Me alegro que así haya sido.

Un abrazo fuerte

 

Gracias bristy por llegar hasta aquí.

Saludos

 

Un aplauso al gran Martí
soy un enamorado de su poesía

 

De Martí:

Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo;
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

 

Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma

Penas, quien osa decir que tengo yo penas
entre la nube y el fuego tendré tiempo de esperar.

¡Tengo sed; mas de un vino que en la tierra no se sabe beber! ¡No he padecido bastante aún, para romper el muro que me aparta ¡oh dolor! de mi viñedo! ¡Tomad vosotros, catadores ruines de vinillos humanos, esos vasos donde el jugo de lirio a grandes sorbos sin compasión y sin temor se bebe! ¡Tomad! ¡Yo soy honrado, y tengo miedo.
Se ama de pie, en las calles, entre el polvo de los salones y las plazas; muere la flor el día en que nace. Aquella virgen trémula que antes a la muerte daba la mano pura que a ignorado mozo; el goce de temer; aquel salirse del pecho el corazón; el inefable placer de merecer; el grato susto de caminar de prisa en derechura del hogar de la amada, y a sus puertas como un niño feliz romper en llanto