Cuarta abducción

Cuarta abducción



Blanco el aposento

de blancos muros

Y blanco el pensamiento

náufrago de mi silencio.



Sin vértices,

sin dirección,

sin límites,

sin tiempo…



Irrumpes cual diva

en el letargo de las horas,

con tu mirada fija

y embriagante desnudez.



Tu piel,

tus pechos,

tu boca,

tu silencio…



Copulamos,

sin dejar de mirarnos,

sin caricias,

sin amarnos.



Los seres

nos escuchan,

nos rodean,

nos observan,



como sombras

de inerte mirada,

oídos mudos

y alma abandonada.



¡Malditos!

Me tiene a su merced.​

 

Me gustó muchísimo, además de tener misterio de sobra, tiene un fondo turbio, frío y oscuro.
Genial creación, lograste que me meta en tu poema e imaginar esa sensación tan fuerte de "vacío".
Fue un placer leerte, te mando un abrazo!!

 

Me imagino la escena y es espeluznante... Ese cambio de situaciones de forma inesperada. No hay nada peor que hacer algo contra nuestra voluntad y menos aún si eso implica tocar nuestro cuerpo y experimentar o simplemente observar, nuestro ser.

Me gusta como lo desarrollaste, cada una de las abduciones tienen un toque diferente a pesar de referirse a la misma situación... Cada quién está en otro momento, en otro lugar y es tomado de forma diferente, pero cada uno siente miedo o quizás sea odio; usas mucho el "maldito" lo cual expresa lo detestable que se hace el momento. El ritmo como siempre es encantador, la rima que utilizas no es contante pero está bien distribuida entre versos blancos y eso me fascina.

Te dejo estrellas, ha sido un placer pasar por estás abduciones... Aunque me sigues debiendo la primera.

 

Ostras, te han abducido para tareas reproductivas. No es una mala actividad. Si no te pagan por ello, puede considerarse un tipo de exclavitud sexual y entonces no mola nada. ¡La cuarta vez! Me resulta sospechoso. Luis.