2. Caótica evolución

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Por guardar amor en cueva
me llamaron soledad.
El amor jamás se guarda
dentro de ninguna caverna;
y no hay puerta que valga
con ceniza en el umbral.

La luna ya no es poeta,
ni puerta de cielo alguno,
más sería del averno,
con cenizas en la puerta.

Por pisarla hombre corriente
somos seres de cavernas.
Si hubiera pisado Lorca,
esas cenizas de pólvora
serían de plata fina,
o risas de porcelana,
cuerpo de la amada muerta,
o senda de los gitanos;
camino de la ignorancia,
o su alma derramada;
lágrimas de niños pobres
o su sexo incomprendido.

El umbral de los infiernos,
en los años sesenta,
recibió a hombre corriente.
Desde entonces los poetas
perdimos a nuestra luna.

Yace Federico en Tierra,
la luna marchó de versos,
quedándose con la pólvora
de la poesía viva.
Quedan letras de caverna,
cavernícola escribiendo
para asegurar comida
a su cuerpo sin lamentos.

Vacías quedan las almas,
el amor en las cavernas.

 

Évano
El mundo evoluciona cada vez más en ciencia y tecnología, cada vez se renuevan los límites,
en el 69 el hombre caminó sobre la luna y hoy en día con tantos adelantos que vivimos los
sueños se ven desplazados por la realidades...el ser humano tiene otras prioridades y poco
a poco el poeta va quedándose relegado a un mundo tal vez extraño... en las cavernas de la
soledad de donde emanan letras que quizá no pasan de ser letras...
Mis felicitaciones por esta poesía.
He destacado de verde los versos que más me han impresionado.
Mis estrellas y un abrazo.
Ana

 

Un hermoso poema, mis aplausos.

 

Muchas gracias Ana por su comentario tan acertado y su paseo por estas letras de luna, ceniza y cavernas. Se la saluda afectuosamente.

 

Muchas gracias Ludmila por su pasar y tiempo. Se la saluda afectuosamente.