64.

Lo reconozco aunque me duela decirlo,
aunque se me entuma la vida en tus manos
y empieces a pensar que no tengo nada más de que hablar.
Lo digo porque las ansías se me meten en los poros y
los instantes en los que hablas se me hacen tan cortos que casi no me acuerdo de tu voz cuando no te tengo.
No sé ni qué te creo pero las esperas se me hincharon y empecé a necesitar besarte para sentirme superviviente,
para sentirme parte de una vida que me dejo sin vida antes de que los espejos me dieran en el rostro.
Me odie al decir “te amo” cuando no lo merecían, pero ahora no lo puedo gritar porque se me enreda en la garganta y sé me duerme en la cabecera.
Te empiezo a ver a través de las nubes y
en los instantes en que ya no sé ni que hacer porque la rutina se me queda en las espaldas y desespero por no tener lo que sueño.
Me importa tan poco el universo cuando te siento cerca.
Cierra los ojos extraño y empieza a sentir mis labios deslizándose por tu piel, agárrate a los respaldares de las sillas y
déjate querer...odiar...amar...
En mis sueños te construí y tenías forma de ángel y de demonio
En los pliegues de mis sábanas te escribí un jeroglífico que se convirtió en papel...
Ahora lo digo cuando no me entiendes, cuando me besas, cuando los labios se te pegan a mi espalda.
Quedaría sin aire solo porque fueras eterno...
Hay mariposas cuando los ángeles me toman de la mano, cuando los recuerdos se me espuman y los milagros se me hacen circunstanciales.
Eres lo único que conozco que me hace real
Que me deja sentir el dolor del ser vivo
Que me deja morir de vez en cuando para serme más actual..
Déjame tocar tu mano
Hacerte entender lo misterioso de mi universo
Lo bello de mis espacios
Lo tenebroso de mi pasado...