A estas hemos llegado

A estas hemos llegado
a que un hombre no pueda invitar a cenar a una mujer
sin que todas las camas se llenen de clavos,
cuidado con los títulos que cuelgan de tu pared
porque demasiados te pueden dejar sin trabajo,
si te muestras tal como eres delante del juez
podría culparte de desacato,
y tu opinión sobre política o religión
mejor que te la guardes para otro momento por si acaso.

Puede que ser guapo no te de comer
pero en ciertas profesiones si no lo eres te mueres de hambre,
con falda corta y tacones altos se cobra más a fin de mes,
y los mandamientos ya no son diez,
en estos tiempos lo único que cuenta
es tener una buena cuenta corriente en el banco.

Para empezar ya no se cuentan una dos y tres,
ahora lo que se lleva es aquí te pillo aquí te mato,
la paciencia solo es para monjes Zen,
nos hemos convertido en profesionales de la prisa,
correr, correr y correr,
sin camisa y hasta sin zapatos
aunque no demos ni una en el clavo.

A estas hemos llegado,
vende más ser demonio que ángel
y no haya infierno
para tanto usurero de los besos y los abrazos.
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Bien rimado, y con alegría. Que se note que eres inteligente.
Yo te veo así, y pienso que me gustas.
Porque la belleza es interior.

 

De acuerdo que vende más ser demonio que ángel.Un cordial saludo y buen ritmo,Sandra.

 

En estos tiempos que nos ha tocado vivir la bella durmiente denunciaría al príncipe azul por haberla besado sin su consentimiento