A la hora

Te amo como nunca amé
te quiero como nunca quise
te añoro como no pude añorar.
Estos días los astros no han alumbrado ciegos
la miel la he comido con el alma
y he crujido la vida en mi vida.
Llegó tu canto y fue nuevo
aun tu hablar, tus ojos, aun tu cuerpo;
renaciste para mi fortuna, para un edén;
porque el esplín se derramaba desparramando.
¡Oh, cría del eterno, y cría de este prójimo tuyo!
como hubiese querido
ser amo de tus cultos, de tus veinte, de tus vesanias;
mas llegaste a la hora, en el tiempo a tiempo
cuando tenías que abrir los ojos y escucharme.

Christian Jovani

(Derechos reservados del autor).​

 

Ser amo de tus zapatos, que lamo con veteranía.
Con lengua que saboreó candados.
Y chupaba campanas doradas, para ganar centavos,
o aldabas de puertas recias, tragaba con delicadeza.


¡ Oh, cómo me duele el gaznate ! Así, no hay quién respire.


Fostian Jovancko.


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