a mi niño tutú

oigo y quiero tus pasos como si ya nacido
adivino tu voz
tu refugio de sueños escondido
tu rabieta de dedos encogidos
tu mañana con mis ojos cerrados
tu batallar en mundos
de mi cuerpo dormido

dulce niño tutú
en la cuna de vientre donde yo te adivino
sin poder esperar
acotado el destino

al freno de mis pasos
le nació una saeta
un poema que vuela
que espera ser leído

una huella en el tiempo
dulce y llena de amor
a quien no tiene un nombre
ni sonido de voz
sino un simple latido

dulce niño tutú
desde los universos del silencio
quiere amarte tu abuelo
con dibujos de voz
como a un niño nacido

 

¡Qué bonito Melquiades este poema a ese niño/a que ya está en camino!.Es una sensación diferente la de esperar a la segunda generación, oir y sentir como se va gestando y sus latidos. Seguro serás un estupendo abuelo, feliz de leerte.
Saludos Poeta

 

Qué bello, Mel, qué bello.

Un gran abrazo

 

Compañero me gusto mucho la musicalidad de tu escrito

 

Vaya, vaya... asique ya es abuelo señor Melquiades, pues enhorabuena por ello y por su precioso poema desde luego... ahora la que le espera, menos mal que ya tiene la experiencia de haber sido papa. Aunque como se dice en España: "sarna con gusto no pica"

Un abrazo y que sea usted muy feliz rodeado siempre por todos los suyos.

Jon

 

Cuánta dulzura despiertan los bebés, cuánto amor suscitan. Ya más de un año desde el poema, quizás trote tras su abuelo para escuchar las bellas historias que su poderosa imaginación crea.

Abrazos en la distancia

Palmira