A páginas llena-.

Llenamos de vida

las anchas páginas de un libro,

en que se acumulan

las densidades de nuestras experiencias,

convertidas, quién sabe, por obra

y gracia del verbo, en maderas,

rosas, cuerpos, materiales verdes

de una odisea incesante, la nuestra.

Llenamos también de muerte

nuestras páginas; renglones hermosos

de soledades que así ampliamos y

desvanecemos, al mismo tiempo.

Y es que, en ellas, nos fusionamos

con Dios: agrandamos por instantes

la vida-.



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