Afuera no hay nada que el frío no toque

En esta casa nos quedamos

mis hermanos y yo,

o al menos nuestras sombras.



Al resto del mundo lo perdimos,

en un gran salón de baile,

fue una breve canción demasiado brillante

como para seguirla.



Yo cerré los ojos en otoño,

Mis hermanos, a finales del invierno.



En el círculo borroso de los días

ya nos hemos olvidado nuestros nombres.



En mitad de la garganta se nos muere,

la palabra que define

lo que queda de nosotros.



Tal vez por eso el silencio es un espejo

que llora lentamente en las paredes.



Hacemos de común acuerdo,

que la araña de la noche duerma afuera,

le dimos a ella los gramos de este miedo.



A veces cuando llueve, se derrama

la medusa azul cobalto enviada por el sueño.



Las tachaduras de un cuento en las cortinas,

que nos leía el viento.



El eco de un ladrido en las esquinas,

del oído.



O el sol que era un incendio

o un inmenso barco en llamas.



Nos queda sin embargo,

esta mancha de humedad

a la que llamamos madre.



Fuimos niños robados en un soplo,

mis hermanos y yo,

con la cabeza de trapo y los ojos de botones.



Todo lo presente es lo que duele,

afuera no hay nada que el frío no congele,

adentro hay caracoles trepando por el hueso.



Las sombras de los pinos,

pesadas, somnolientas

se hamacan y crujen

y cantan y rechinan.






)O(

 

divinamente gráfico...maestro...sabes transmitir...un lujo leerte...un abrazo infinito...

 

Usted es un maestro en esto de la poesía.

Me encanta.

 

Mi respeto a estos versos. ¡Magistrales! Lo aplaudo. Sinceramente bellos.
[FONT=&quot]Abrazos
[FONT=&quot]Chepeleón

 

Agradezco sus comentarios hermanos poetas. No faltarán fantasmas en el mundo, tal vez de tanto en tanto nos lleguen los ecos sutiles de sus palabras.

Saludos y salud!

A.

 

Precioso poema, me he puesto a vagar en esa casa abndonada, has plasmado muy buenas imágenes, buena descripción.

 

Doña Myriam, espero que no se pierda usted entre esos salones polvorientos.
Gracias por pasar.
Un abrazo.

 

Arethra...un gran poema, a 5 minutos de nuestras propias sombras.
Abrazos poeta.

 

Muchísimas gracias Arkhazul, todos los espejismos dicen algo, son reflejos de nuestros propios deseos u obsesiones.

Saludos

 

Qué maravilla, compañero.Saludos

 

Aquí estoy hermanos, he vuelto.
Y no, no soy de carne y hueso todavía.