Ajena muerte

Yo te acepto, Señor, cuando te miro,
cuando siento a la muerte tan ajena,
cuando alivias mis tristezas y mi pena
extendiendo tu amor en un suspiro.


No me gusta la muerte ni serena,
todo hace oscuro en esta vida,
y aunque humilde clemencia yo le pida
me suprime, me ata, me encadena.


Siento en mí la vida y el vivir,
la energía que fluye y se desata,
que sorprende, revive y arrebata,
la imperiosa alegría de existir.


Le es extraño, al vivir, vivir muriendo,
las cosas que en el tiempo se marchitan,
el dolor, la tristeza que lo habita
y esa muerte indomable que no entiendo.

 

Hola... luz gento amiga compañera,tiene ritmo y rima tu poema.
Tu poesia es bella; algo clasica unida con tu estilo.
Tu poema es una peticion al señor: para que te guie a asectar; comprender el camino en la vida y la muerte.Un saludo con afecto amiga luz gente

 

Gracias Roman por pasarte por mi poesía, me alegra que te guste. La muerte es una intrusa porque estamos hechos para la vida y es esa vida verdadera la que pido y la que espero. Maranata! Un abrazo.

 

Interesante poema, estimada luz gento, en el que destaco la musicalidad y el ritmo de la última estrofa. Me gustó acercarme a este espacio.
Besos, poetisa.

 

Bella poesía. Yo suelo pensar que la muerte es inaceptable.
Un abrazo:
Paloma.

 

Mil gracias por tus consideradas palabras y por acercarte hasta mis versos. Un saludo.

 

Luz, un gusto ha sido llegar a disfrutar de bellos y profundos versos. No dejemos que nos te inquiete la muerte porque somos eternos... mientras perdure el Amor verdadero en nuestros corazones... la muerte es el puente hacia la vida... Saludos y muchas bendiciones!!

 

Gracias Luis, agradezco tus palabras, a mí tampoco me gusta y por eso le canto a la vida. Un saludo.

 

Si Paloma, eso es, inaceptable, estamos hechos para vivir sin duda alguna. Un abrazo.

 

Sí, estamos de paso solamente, sólo hay que abrir la puerta del corazón y aceptar el regalo de ese Amor. Mil bendiciones para ti también. Un abrazo.