Al rojo vivo

En tu boca un cielo eterno
y bajo tus hombros un suspiro.
Tu espalda mi cuaderno
y si miro tus ojos me inspiro.

Te recuerdo empezando el alba
mientras el sol se funde con el horizonte.
El sol es cálido como tu mirada
e infinito como los tesoros que esconde.

Tus pestañas son nubes,
que caen como gotas en tus mejillas.
En tus labios llueve,
un par de versos y los besos yacen en tus costillas.

Tus orejas son cuevas que me devuelven eco,
tus párpados son veredas que están todo el día abiertas.
Baño con mi saliva tu cuello seco
y descubro una puerta bajo tu blusa.

Caminas en el viento inspirándome cuál musa,
destapas el inmenso mar de ansias que me atrapa.
Tus caderas se desatan y van rápido, cuál ruleta rusa,
que me tiene a mis cinco sentidos a punto de pistola.

Tus vellos y los míos libran escaramuzas,
bajo los pétalos delicados de tu entrepierna.
Tus labios aceleran mi pulso y el cuerpo me pulsa,
no eres más esa chica linda y tierna.

Sale desde dentro de ti una loba,
que aúlla los andares de mis lunares.
La acción pasa a subirse a la alcoba,
nadamos entre la cintura de tu mare.

Nos ponemos rojo vivo,
ni siquiera en su esplendor un bucare.
Buscaré tu punto débil y te torturaré,
con cada centímetro que escribo.

La noche se ilumina con nuestro fuego,
cálido como el sol e igual de brillante, desde luego.
Entramos en un juego de morder y lamer la piel,
que terminará cuando no haya más tinta, ni papel.​

 

Espléndidas letras!! El fuego del alma se traslada a la piel y tu lo vuelves bellisimos versos!! un gusto leerte, un abrazo!