Al rojo vivo.

Astuta piel que por mi piel divagas

queriendo el consenso de mi estío,

saboreando serenatas de alaridos

cuando el fuego que me quema

es rojo vivo.



Piel desnuda, musculosa y atrevida

ya no finjas, ardiendo en llama viva,

te embeleso y te hago brujería

deslumbrando tus ojos de Narciso;

en tu lascivia recreo antiguos dioses.



Mi piel espera tu boca se desboque

bajando y estrujándome los pechos,

provocando al monte que de Venus

heredé para placer de tus delirios…

¡Es de Eros el clímax y estallido!



Matilde Maisonnave

 

Y es cierto mi estimada Matilde, pues no miente... porque ese choque delicioso entre dos cuerpos que se aman se vuelve un verdadero estallido... sobretodo cuando el consenso es general, y el esfuerzo por entregarse con todo, al mismo tiempo es conjunto. Bellas y sugestivas imágenes le dan un atractivo muy personalizado a tu bello poema. Mis saludos y un abrazo virtual poeta...
Su amigo:

 

¡Muchas gracias por dejar tu hermosa huella descriptiva de mi poema!
Me alegro ye haya gustado.
Saludos amistosos con respeto, amigo Iván.
Matilde