Al run, run...

«al run, run al todo meter»

protección y aceleración,

¡que monos, po amonó!

curvas, crestas y ondulación

¿los límites, o tú, o yo?

¡agarrate a mi cintura!

y empecemos esta locura,

al caballito bombeando

nuestras materias,

quebrando la antimateria

en las vasodilataciones.

Alentando las arterias

y -uno, dos, tres y cuatro-

mosquitos en nuestras bocas

«al run, run al todo meter»

insectos estomacales,

en nuestras estaciones

-que nos vamos a correr-

¡tranquila látex de caucho!

no pincha, no pincharemos,

por el camino

hasta hacerlas arder.

¿me pilotas o te piloto?

¿de qué me hablas cochino?

-de esta, mi moto-

¡ah vale, pues también!

jajajaja yo, jajajaja tú

nos reíamos a cilindradas

por centímetros cerveceros,

en la mesa, de la terraza.

Ocurriéndoseme esta conversación

de mi moto, con su pata cabra

en mis cuentarrevoluciones,

en un monólogo al atardecer…