Alma de poeta

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He dejado la isla vacía
disimulándose encogida en el delator mar
detrás de la brevedad de sus costas
y de una sonrisa eximida,
me alejo desterrado hacia ajenos litorales
escoltado por la tristeza de un adiós
y el abrazado desdén de la blanca espuma.

Vahído con el remanente aroma a whisky
y con la carga completa de abatidoras emociones
que oscilan entre mi inercia y el ondular de las olas,
soy la agitada alma de un poeta,
superadas alas de paloma escapando de arcón,
posesionada ahora en un indiferente fragmento de papel
dentro de una botella arrojada hacia el mar.

Soy un poema,
soy el alma desprendida de un poeta
navegando naufragada hacia ajeno litoral,
todavía puedo mirar atrás,
erocionándose lentamente con la arena
las huellas de pisadas melancólicas
que van alejando de la playa
a un literal cuerpo desposeído.

Adiós me despido,
encontraras otra vez dentro de ti mismo,
como isla manada de abisales profundidades
en la planicie quietud de un desolado mar,
tu cultivada esencia retoñada en otro poema,
que te devolveras momentáneamente tu alma
hasta que lo escribas nuevamente
arrojándolo al mar en una botella.