Amarte

Quiero amarte,
para mi eres arte
pero no puedo encontrarte

En esta inmensa oscuridad eres esa luz
que esta tan llena de virtud,
la que me guía lejos del ataud

La voz que me salva,
y sabes que mi corazón te ama
para ti es esta carta

Has salvado mi alma,
me alejaste de la eterna llama
aunque me has salvado quiero ir a la flama

Te pertenezco, apartir de ahora mi alma bastarda es tuya
si yo la concervo solo haré que se destruya,
solo juntemos las manos, dejemos que nuestro amor fluya

Seré tuyo hasta el final de mis días
es toda tuya mi vida
¿escuchas eso? Esa hermosa melodia

Eres la luz de mis sueños,
la que me libera de malos pensamientos
la que me aleja de los malos recuerdos

Eres tu, mi amor eterno
tu amor es tan tierno
y se que salvaras mi cuerpo del frío invierno

 

El alma no es bastarda.
Sino que es hija de algún dios menor.
Claro está que siempre, con la venia del Absoluto.
Y en ese sentido, si los dioses menores o Elohim, pueden dejarse llevar por su Ego...


Entonces, se volverán demasiado disciplinados.


Demasiado militares.
Demasiado madrugadores.
Demasiado golpeadores.


Muy machacones.





Por eso: ¡ Viva Méjico, cabrones !
Lo que pasa es que es mejor el Amor, que la mucha disciplina.
Dado que no por mucho madrugar, amanece más temprano.
Aparte que comer bien, no es comer mucho, o caro, sino comer variado.


Según Karlos Arguiñano. Que es un cocinero vasco.


De lo cuál, se deduce que la digestión es sagrada.
¿ Por qué ?
Porque la digestión es como la reflexión, el pensamiento, las estrategias y el cálculo.
Se puede pensar con la barriga.
Se puede extrañar a alguien.





Se puede sentir cosquillas en el estómago. Y por eso, algunos piensan que la barriga, es el centro del cuerpo humano. No obstante, el alma, originalmente, se asienta en el pecho. Y luego, para los más estudiosos, llega hasta la cabeza. Ésos son los poetas, músicos, literatos, cineastas, científicos, inventores, alquimistas, arquitectos, dibujantes, escultores, electricistas, fruteros, barrenderos, basureros, deportistas, esquiadores...


Todos somos, en cierto modo, cabezones. ¿ Verdad ?





Bueno...
Cuanto más cabezón, ¿ Más excelente ?
Siempre y cuándo no te hagas un lío, con tus ideas.
Debes describir tus ocurrencias, en un cuaderno.
Usando tu buena letra.
O un dibujo.


O si tienes un piano, tocando el piano. Pero que se desenrede todo tu potencial, es necesario.