Amor de Hijo

Creciéndome un instinto aletargado
estalla en mi persona clamoroso
al ver que, madre mía, es vergonzoso
el tiempo que ni un beso yo te he dado.

No creas que de ti yo me he apartado
lejano y solitario tras un foso
y acudo a tu presencia cariñoso
rogando que exoneres mi pecado.

Admiro como duermes justo ahora
mirándote en silencio conmovido
repleto de un amor que es maravilla.

Después me acerco a ti sin más demora
y un beso le regalo enternecido
a blanca, en la penumbra, tu mejilla.



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Bonita poesía. Me ha enternecido que al final el hijo le dé un beso. Saludos cordiales de Saturno.

 

Ella no es de chocolate. En fin...
Me alegro mucho de que te trajera al mundo.
Escribes con amor por el detalle.
En cierto modo, estás pariendo versos.
Todos París. Hijos, u obras. Eso dice Francia.