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Antonio Machado

Tema en 'Biblioteca de Poética Clásica (Poetas famosos)' comenzado por VicenteMoret, 17 de Septiembre de 2013. Respuestas: 3 | Visitas: 2276

  1. VicenteMoret

    VicenteMoret Moder. Biblioteca P. Clásica.Cronista del Tamboura Miembro del Equipo Moderadores

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    Hombre
    ANTONIO MACHADO

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    [TD](Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid. Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-Inclán y M. de Unamuno.

    En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza.

    Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.

    Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en Electra, Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.

    No obstante, aunque las composiciones incluidas en Soledades (1903) revelaron la influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la intención de captar la fluidez del tiempo.

    Al igual que Unamuno, Machado consideró que su misión era "eternizar lo momentáneo", capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el tiempo". En los años posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla (1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino que dirigió la mirada hacia el exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.
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    A continuación reproducimos una parte de la obra poética del autor.

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    A DON MIGUEL DE UNAMUNO

    Este donquijotesco
    don Miguel de Unamuno, fuerte vasco,
    lleva el arnés grotesco
    y el irrisorio casco
    del buen manchego. Don Miguel camina,
    jinete de quimérica montura,
    metiendo espuela de oro a su locura,
    sin miedo de la lengua que malsina.

    A un pueblo de arrieros,
    lechuzos y tahúres y logreros
    dicta lecciones de Caballería.
    Y el alma desalmada de su raza,
    que bajo el golpe de su férrea maza
    aún duerme, puede que despierte un día.

    Quiere enseñar el ceño de la duda,
    antes de que cabalgue, el caballero;
    cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda
    cerca del corazón la hoja de acero.

    Tiene el aliento de una estirpe fuerte
    que soñó más allá de sus hogares,
    y que el oro buscó tras de los mares.
    Él señala la gloria tras la muerte.
    Quiere ser fundador, y dice: Creo;
    Dios y adelante el ánima española...
    Y es tan bueno y mejor que fue Loyola:
    sabe a Jesús y escupe al fariseo.

    --..--

    A DON RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN

    Yo era en mis sueños, don Ramón, viajero
    del áspero camino, y tú, Caronte
    de ojos de llama, el fúnebre barquero
    de las revueltas aguas de Aqueronte.
    Plúrima barba al pecho te caía.
    (Yo quise ver tu manquedad en vano.)
    Sobre la negra barca aparecía
    tu verde senectud de dios pagano.
    Habla, dijiste, y yo: cantar quisiera
    loor de tu Don Juan y tu paisaje,
    en esta hora de verdad sincera.
    Porque faltó mi voz en tu homenaje,
    permite que en la pálida ribera
    te pague en áureo verso mi barcaje.

    --..--

    A LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO

    Si era toda en tu verso la armonía del mundo,
    ¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar?
    Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares,
    corazón asombrado de la música astral,

    ¿te ha llevado Dionysos de su mano al infierno
    y con las nuevas rosas triunfantes volverás?
    ¿Te han herido buscando la soñada Florida,
    la fuente de la eterna juventud, capitán?

    Que en esta lengua madre la clara historia quede;
    corazones de todas las Españas, llorad.
    Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro,
    esta nueva nos vino atravesando el mar.

    Pongamos, españoles, en un severo mármol,
    su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más:
    Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo,
    nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan.

    --..--

    A ORILLAS DEL DUERO

    Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
    Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
    buscando los recodos de sombra, lentamente.
    A trechos me paraba para enjugar mi frente
    y dar algún respiro al pecho jadeante;
    o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
    y hacia la mano diestra vencido y apoyado
    en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
    trepaba por los cerros que habitan las rapaces
    aves de altura, hollando las hierbas montaraces
    de fuerte olor ?romero, tomillo, salvia, espliego?.
    Sobre los agrios campos caía un sol de fuego.
    Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
    cruzaba solitario el puro azul del cielo.
    Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
    y una redonda loma cual recamado escudo,
    y cárdenos alcores sobre la parda tierra
    ?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?,
    las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
    para formar la corva ballesta de un arquero
    en torno a Soria. ?Soria es una barbacana,
    hacia Aragón, que tiene la torre castellana?.
    Veía el horizonte cerrado por colinas
    oscuras, coronadas de robles y de encinas;
    desnudos peñascales, algún humilde prado
    donde el merino pace y el toro, arrodillado
    sobre la hierba, rumia; las márgenes de río
    lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
    y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
    ¡tan diminutos! ?carros, jinetes y arrieros?,
    cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
    de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
    del Duero.
    El Duero cruza el corazón de roble
    de Iberia y de Castilla.
    ¡Oh, tierra triste y noble,
    la de los altos llanos y yermos y roquedas,
    de campos sin arados, regatos ni arboledas;
    decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
    y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
    que aún van, abandonando el mortecino hogar,
    como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
    Castilla miserable, ayer dominadora,
    envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
    ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
    recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
    Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
    cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
    ¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerta
    de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
    La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
    madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
    Castilla no es aquella tan generosa un día,
    cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
    ufano de su nueva fortuna, y su opulencia,
    a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
    o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
    pedía la conquista de los inmensos ríos
    indianos a la corte, la madre de soldados,
    guerreros y adalides que han de tornar, cargados
    de plata y oro, a España, en regios galeones,
    para la presa cuervos, para la lid leones.
    Filósofos nutridos de sopa de convento
    contemplan impasibles el amplio firmamento;
    y si les llega en sueños, como un rumor distante,
    clamor de mercaderes de muelles de Levante,
    no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa?
    Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
    Castilla miserable, ayer dominadora,
    envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
    El sol va declinando. De la ciudad lejana
    me llega un armonioso tañido de campana
    ¿ya irán a su rosario las enlutadas viejas?.
    De entre las peñas salen dos lindas comadrejas;
    me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
    de nuevo, ¡tan curiosas!... Los campos se obscurecen.
    Hacia el camino blanco está el mesón abierto
    al campo ensombrecido y al pedregal desierto.

    --..--

    CAMINANTE NO HAY CAMINO

    Caminante, son tus huellas
    el camino y nada más;
    Caminante, no hay camino,
    se hace camino al andar.
    Al andar se hace el camino,
    y al volver la vista atrás
    se ve la senda que nunca
    se ha de volver a pisar.
    Caminante no hay camino
    sino estelas en la mar.

    --..--

    FUENTES:

    http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/machado.htm

    http://www.poemas-del-alma.com/a-don-miguel-de-unamuno.htm

    http://www.poemas-del-alma.com/a-don-ramon-del-valle-inclan.htm

    http://www.poemas-del-alma.com/a-la-muerte-de-ruben-dario.htm

    http://www.poemas-del-alma.com/a-orillas-del-duero.htm

    http://www.poemas-del-alma.com/antonio-machado-caminante-no-hay-camino.htm

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    #1
    A Yarmar_ le gusta esto.
  2. alicia Pérez Hernández

    alicia Pérez Hernández Poeta que no puede vivir sin el portal

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    23 de Septiembre de 2008
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    Muy interesante importante y ilustrativa la biografía de Antonio Machado
    fue un gusto y un aprendizaje leer esta entrega de información
    saludos y abrazos
     
    #2
  3. Samuel17993

    Samuel17993 Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    16 de Febrero de 2011
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    Género:
    Hombre
    Qué grande Machado... A Orillas del Duero habla perfectamente de esta Castilla de Bardulia... Que tuviera que ser andaluces, vascos y valencianos (de la vieja Aragó) los que hablaran de nuestra tierra, ya dice mucho de por sí. Grandes artistas fueron los de la GN del noventayocho...

    Un saludete de Samuel.
     
    #3
  4. CriMa

    CriMa ----

    Se incorporó:
    4 de Agosto de 2017
    Mensajes:
    1.341
    Me gusta recibidos:
    515
    Notable selección !

    Saludos cordiales !
     
    #4

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