1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Aqui

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por IgnotaIlusión, 22 de Marzo de 2024. Respuestas: 0 | Visitas: 380

  1. IgnotaIlusión

    IgnotaIlusión El Hacedor de Horizontes

    Se incorporó:
    19 de Marzo de 2018
    Mensajes:
    328
    Me gusta recibidos:
    470
    Género:
    Hombre
    Amanece y se retuerce mi vida,

    aún se aprecia mi huida,
    en cada rincón de mi perseverancia,
    al costado del vacío,
    dentro de mi corazón,

    razón que esconde lo innombrable,
    lo que no recuerdo no tiene nombre,
    y lo que me acuerdo es un dolor constante,

    fiando la vida,
    vía libre para seguir respirando,
    aspirando veneno,
    exhalando una emoción,

    esa que me espera en cada noche,
    que me aguarda,
    que me besa,
    con la simpleza que necesita
    un hombre muerto,
    un ente inquieto,
    un esperpento agobiante,

    la noche, y un día sollozante,
    buscamos durante,
    un instante o un camino,
    un sendero o un destino,
    aun decisivo me encuentro solo,

    con la almohada abollada,
    y aún así no quisiera mi vida,
    tan deseada para el común del sufrir,

    admirando lo que no se admira,
    y se mira sin ver,
    sin observar el dolor que carcome
    a cada ser, a cada rima,
    la apatía se vuelve rebeldía,
    o solo un inútil motivo para gritar,
    para desahogar este mar de lagrimas,

    y fluye,
    algunas mareas se perciben sin fortuna,
    chocando con la cima,
    rogando aun la vida,
    en constante agrietamiento,

    ¿necesito escarmiento?

    necesitamos algún dios,
    alguna mentira que se sepa dulce y larga,
    que no escape del dolor,
    que sea motor y coraza,
    que nos proteja de las brasas,

    aun en un ataúd
    el dolor no fenece,

    la muerte sigue,
    incontrolable como siempre,
    removiendo lo que se nos dio,
    lo que se nos regalo para sufrir,
    para seguir el mismo destino,

    se abren los mares,
    males de una última primavera,

    y aún ella me mata,

    paulatinamente,

    porque nunca vino,

    pero irremediablemente
    se que vendrá.
     
    #1

Comparte esta página