Caníbales

Tú y yo llevamos toda la vida,
educando hasta mínimo reflejo,
para distinguir entre mentiras,
al final siempre es hambre y sexo.

Veo algo en tus ojos,
que asusta y agrada,
tener ciertos antojos,
puede ser noticia mala.

Solo estamos nosotros,
mejor guarda distancia.
si de control hago acopio,
aun así el apetito rebasa.

Y ella suele así asentir,
lucir más piel ciertos días,
dice está bien y sonreír,
pero también a defensiva.

Como satisfacer el hambre,
si piensas así devorarme,
no busquemos culpables,
pecado precio de la carne.

Solo estamos tú y yo,
si te acercas demasiado,
culparías inocente atracción,
a ser plato de segunda mano.

Si digo lo que siento,
me tacharías de niño,
podría aceptar ser alimento,
pero nunca ser mal comido.

La ley del más fuerte,
según dicta la evolución,
quien por mucho se abstiene,
puede caer en pecado mayor.

Dime si te llevo a casa,
y ahí arrebato un beso,
te quedarías con las ganas,
o me devoras por completo.

En tierra de caníbales,
nunca se debe confiar,
puede que te miren algo bien,
o como el platillo principal.