Carta infinita a mi madre.

Sin apoyo y sola arrastraste a los tuyos
lejos de nuestra tierra natal,
nadie te perdonó los sueños
que cobijaste desde niña
y un rebote de dolor
partió literalmente tu corazón
postrándote en una silla de ruedas hasta tu muerte,
y una vez muerta, con toda la vulgaridad que ello implica,
desde aquí sentado madre
te escribo una carta infinita
que acaba en los mismos límites
y con las mismas preguntas,
no sabiendo nunca,
donde empiezan los demás,
(ni siquiera si debemos empezar)
o el porqué nos traspasa el amor como una daga,
uniéndonos en la herida.
​

No es tarde para recapacitar,
[SIZE=3]son miles las caídas,[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]presiento que únicamente el vacío[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]y la indiferencia aciertan mitigando el dolor,[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]pero viendo nuestra llaga,[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]me doy cuenta que no es este el caso,[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]y en esta lágrima de alegría me hallo,[/SIZE]
[FONT=Arial][SIZE=3]empapado y sin posible solución.[/SIZE]
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Buenos días amigo Alfredo, traslado mi animo si eso te sirve para algo, para acompañarte en el sentimiento, no hay nada mas amargo que la ausencia, y saber que quedaron cosas por hacer. Un abrazo y muchos animos.Me emocionó tu poema.[/font][/font][/font][/font][/font]