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Certero

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por Emmanuel Venegas, 26 de Julio de 2006. Respuestas: 0 | Visitas: 622

  1. Emmanuel Venegas

    Emmanuel Venegas Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    25 de Julio de 2006
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    Se veía certero, como diciéndome pregúntame que quiero hablar, yo tenia ganas de su compañía, de su lado genérico, el hombre se sentía buen amigo tenia unas patillas de mi completa confianza y comía sin delicadeza, no lo dudo al sentarse junto a mi y mirarme como si me hubiera conocido de toda mi vida, yo contemplandolo sostuve la vista frente a sus ojos. No haciendo ningún comentario, se veía cargado de preocupaciones de identidad, como yo, queriendo tener mas que compañía y una cara saludable al almuerzo, alguien que supiera quien era pero sin emitir ningún comentario, ambos necesitábamos estar acompañados del vació de cada uno, eso lo hizo insosteniblemente cómodo al extremo de mirarnos como si fuéramos personas que no necesitaran charlar para conocerse, hablamos en silencio de nuestras dudas y aversiones, con la directa intención de ser amigos por siempre, e inclusive de esas comunicaciones palpantes en las pupilas, su polera roja y su extraña figura me hacia quererlo por su estética, era diferente a mi, tan imposible como yo, buscando una duda mayéutica para darme de regalo.
    Y fuimos el y yo perfectos desconocidos familiares, sufriendo la ausencia de algo que sabíamos lo que era, pero no atrevíamos a volver las miradas para atrás, daba la impresión que nos cegaba la misma meta, las conductas eran iguales, una conversación para saber que no somos, sabiendo lo que debemos partir.
    Viéndolo me vi tan despojado de mi humanidad, era un animal si saber que futuro tomar, entonces pensé que seria un animal de raros colores, estando con el aprendí a vivir solo de mi, me dije no hay mas verdad, mas que la mía, mas que la de todos, solo algo sentimos pero somos parecidos en anestesiar el corazón, como lo hacen los cien suicidas diarios, o la media mitad del mundo que no puede escaparse de la droga, y nos vemos aun relegados por el mundo, dejados de las manos de la corrupción, expuestos a nuestros deseos e imperialismo de nuestras pasiones, dejando incapaz la necesidad de cambiar la piel, para ser lo profundo del océano, me sentí cómodo, porque comí con una persona que aunque sin hablar me comprendía, al verme, me demostré las lagrimas en letras los llantos en metáforas. Fuimos una mesa con dos desconocidos solitarios en busca de saciar el hambre perdida en trozos de la mañana.
     
    #1

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