Colinas íntimas

Colinas íntimas,
altivez de un paisaje colosal,
debut azul del cielo.
La niebla se burla de los colores de la ropa.
Detrás de la cortina hay vergüenza y silencio.
La desnudez copula la mirada lozana,
alba en la colina,
especias del hombre y la mujer.
Hervor en la soledad
que fermenta la intimidad
asido a las voces que nunca suelto,
a los rumores de multitudes.
El motor encendido ruge y susurra,
con la esquina viene un giro repentino
y el zigzag imposible,
el contra paradigma le nace,
irradia la respuesta sin filtrar,
el rumoreo de la marcha del motor.
Un rumor lejano, un pueblo, un auto-stop,
la respuesta demorada de una abuela
detenida en la cumbre.
El sonido interceptado por la intensidad
abigarrada con los colores de la montaña
y el claro en la apertura de los sonidos.
Los rituales del tiempo no tienen cortes.
Las celdas de la memoria
graban la lentitud de su cuerpo,
la paciencia en la búsqueda de palabras
y las interferencias… y el roce de lo que late.

José Luis Galarza (Calchaquí, Santa Fe, Argentina: 2019)

 

Muchas gracias, saludos

 

Muchas gracias Alberto por tu minuciosa lectura, había reconocido los errores y los corregí pero me olvidé de hacerlo en esta página. Agradezco enormemente tu detenimiento. Este texto está escrito en un estado de ensoñación, capta las impresiones de una circunstancia. Un abrazo

 

El ruido de ese motor es lo único que desentona y perturba la enorme imagen de ese retiro.
Un abrazo, José Luis.

 

Sucede que es registro de un momento de ensoñación en la carretera, y realmente es así: el motor era un ruido que impedía que me sumerja del todo en el paisaje. Un abrazo.

 

Muchísimas gracias José por tan lindas palabras. Un abrazo.