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Cómo escribo

Tema en 'Salón de Poetas y Prosistas' comenzado por Rho, 5 de Septiembre de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 1414

  1. Rho

    Rho Poeta recién llegado

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    9 de Abril de 2005
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    Tengo un sillón muy cómodo, me siento en éste, cierro los ojos y me relajo; así entro en un estado meditativo bastante profundo -algunos creadores llaman a este estado crepuscular, entre la conciencia el sueño profundo-. Podría ser también un estado autohipnótico. Mientras me voy relajando más y más, observo mi espacio mental y todo lo que ahí ocurre, todo lo que por ahí pasa. Observo y voy quitando las cosas que aparecen, hasta que nada queda. Todo lo que puede ser quitado, lo quito. Así, llega un momento en el que quedo completamente en blanco. El tiempo en el que puedo llegar a ese estado, es variable, depende de las preocupaciones del día y de las cosas que puedan estar inquietándome. Si tengo muchos problemas que no logro solucionar, éstos me inquietan y distraen. Pero llegado a la calma, puedo quedarme ahí esperando, esperando a aquellas cosas que como ocurrencias irrumpen en mi campo mental. Más o menos se da así, estoy tranquilo, relajado, con la mente en blanco, pasa el tiempo y me descubro que estoy pensando en algo, algo apareció en mi campo mental y me encuentro pensando en ello. Puede que lo quite si siento que no tiene valor, pero luego de un cierto tiempo que puede ser variable, me encuentro pensando en lo mismo. Así me voy dando cuenta del valor de ese contenido que está insistiendo porque lo tome en cuenta. Puede ser cualquier cosa, una idea, un recuerdo, una sensación. Pero la constante es que insiste en mí. Hay que tener en cuenta de que cuando entro en este estado, lo hago con la intención de escribir y de encontrar algo sobre lo que escribir.

    En estos momentos no deseo entrar en precisiones, en definiciones acerca de lo que pueda ser el inconsciente, y qué función cumple. Muchos procesos son inconscientes, cada escuela de psicología profunda que toma como sustento teórico una noción de inconsciente, lo define según su práctica y necesidades. Yo le voy a dar, más que una definición, una aproximación utilitaria. Con un ejemplo me voy a ayudar. Supongo que muchos han leído y puesto en práctica el método de plantearle un problema al inconsciente para que durante la noche produzca un sueño que contenga la respuesta o solución al problema. Bueno, otra práctica similar consiste en realizarle una pregunta sobre algún asunto y esperar con el lápiz en la mano a que se produzca la escritura automática y se dé la solución al problema planteado. Bueno, generalmente el inconsciente empleado de esta manera responde, pero lo hace en forma simbólica. Por ejemplo, puede que la mano escriba una palabra, al comienzo esa palabra no se reconoce como conteniendo la solución al problema, pero luego de examinarla, se descubre que contiene una pista importante para orientarse en la dimensión simbólica del problema. El inconsciente responde de esa manera. Parece como que algunas veces puede dar la respuesta en forma directa, pero otras no, es como si se debiera superar una resistencia. Otras veces la mano no escribe nada, sólo aparece como una inquietud extraña, un nerviosismo, y luego aparece una idea que irrumpe en la conciencia, o la solución. Lo común es que la solución aparezca visceralmente, el cuerpo recurriendo a un simbolismo propio y muy primitivo, da pistas acerca de la solución al problema. Por ejemplo, pregunto acerca de cómo solucionar un cierto problema económico, al rato descubro una opresión en el cuello, me cuesta respirar y siento como si algo me estuviera ahorcando a la altura del cuello, poco a poco me doy cuenta de que ese ahorcamiento representa mi situación económica, de ahí surge otra idea asociada a esas sensaciones, y así progresivamente se me va revelando mi situación y las soluciones posibles. Así es como el inconsciente va respondiendo a las preguntas que se le formulen, así responden los sueños.

    Durante mi meditación para escribir algo ocurren cosas similares, vacío mi mente de todo lo que puede vaciarse, y estoy atento a lo que no puedo quitar, especialmente las sensaciones orgánicas, luego de que aparecen, las observo, las dejo desarrollarse hasta que se realizan en una idea primera que será la punta por la que deberé comenzar a escribir. A veces aparece el texto completo, otras aparece sólo como sensación. Una vez que comienzo a escribir, éste se desarrolla según leyes propias, poco puedo influir, salvo en las terminaciones. Cada texto constituye un pedazo de realidad, una intuición, que capto y que debe resolverse en un texto escrito.

    No siempre que me siento a escribir, logro escribir algo. A veces no logro nada, sólo me queda una sensación extraña que no conduce a nada, que puede hasta impedirme dormir correctamente. Sin embargo, al otro día, o varios días después, algo comienza a aparecer mientras hago otras cosas, ahí me surge la idea que buscaba, y si puedo ponerme a escribir en ese momento, aparece el texto. Una vez que aparece el texto desaparecen todos los malestares orgánicos. Es como que el inconsciente siempre respondiera, pero que en algunas ocasiones no encuentra la forma de comunicarse conmigo directamente, entonces se queda a mitad de camino, me quedo con las sensaciones que contienen la respuesta, pero como no la entiendo, no se resuelve en un texto. Los que practican la escritura automática describen las mismas cosas, a veces la mano no escribe nada, el texto completo llega sólo a la mente, otras llega en forma parcial, otras llega en forma diferida al otro día o varios días después.

    A veces la escritura es dolorosa, a veces demora en llegar varios días o meses, y durante todo ese tiempo se experimentan síntomas muy dolorosos, el principal, para mí, constituye el no poder dormir bien. Siento sensaciones corporales, malestares, ideas que me molestan, hasta que todo se resuelve en un texto y, en ese momento todas las sensaciones e ideas encajan como en un rompecabezas, y todo tiene sentido -y los síntomas desaparecen-.

    Escribir es muy doloroso, a veces, pero una de las actividades más placenteras cuando se da.

    Cuando le pregunto a mi inconsciente, siempre me responde, parto de la hipótesis de que aquello que comienza a insistir constituye la respuesta que espero; parto, también, de la hipótesis de que si puedo quitarlo sin problema, eso que quito no constituye parte de la respuesta. En general, casi todo lo que me ocurre desde que formulo la pregunta y me encuentro con la intención expectante de captar la respuesta, tiene sentido, cuando todo encaja como solución del problema; me doy cuenta que esa solución siempre estuvo frente a mis ojos y que todo lo que parecía no tener sentido ni relación, es la solución. Todo lo que me encuentro haciendo, pensando y sintiendo, es la solución buscada. Sólo debo alcanzar aquel punto de vista que integre todo lo que ocurre en un texto con sentido, como ocurre con un sueño luego de interpretarlo, donde cada parte revela su relación con el todo. Luego que la solución apareció, todo lo que ocurría se revela como de la substancia del sueño, era como un sueño con sentido, pero que no podía captar. Cuando se practica la escritura automática ocurre lo mismo, a veces la mano puede escribir palabras sueltas, dibujar ciertas figuras sin sentido, pero que luego de analizarlas, revelan todo su sentido y, el mensaje que transmitían era de una inteligencia deslumbrante.

    El lenguaje del inconsciente es el del sueño, el de la poesía. Sí, la poesía es de la dimensión del sueño.
     
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