Con su permiso

Me deja en ocasiones ser profeta,
ser un canalla o ser un caballero,
en la patria en que vivo, un extranjero
y un ebrio que farfulla en la banqueta.

Hacer que sea etérea mi silueta,
volverme de la dicha un agorero,
y como a veces puedo ser quien quiero
en un papel me deja ser poeta.

Allegarme de amigos y enemigos
en un lugar por el que nunca voy,
cantar del bien y el mal la maravilla.

Y si no hay notarios ni testigos
a veces puedo ser quien soy,
un señor que se aburre en una silla.

 

A pesar de mi falta de entusiasmo por la poesía clásica a veces encuentro obras que me sorprenden y me gustan especialmente. El cierre es magnífico. Un cordial saludo poeta.

 

Hola, Malco.
De corazón agradezco tu visita y te mando un abrazo.
Miguel

 

Hola, Luis.
Pues agradezco enormemente que hayas leído y comentado generosamente estos versos.
Te mando un abrazo: Miguel