Correr-.

Llevo la cicatriz del espanto

sin apenas orgullo, como colección

insana de matices corporales

cautos e ingenuos. Llevo

esas lluvias precisas, amontonadas,

mojando todavía, mi pelo, el oscuro

precipitado de mis días en el bosque.

Llevo el correr como una materia que

aprendí de súbito y con pronteza. Las

malezas de los rieles, lo saben y no protestan.

Más que a las estrellas, o a los sapos,

o a los altos jilgueros de las patrias celestes,

les debo la vida, a los caminos en que corrí,

desfondado.

Llevo aún algunas piedras monótonas

instaladas en mis bolsillos; son de hierro,

ahora, y saben de mí como las nieves de enero.



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A correr compañero... a correr, llevando en los hombros esos profundos misterios que todavía no ha resuelto. Y que poco a poco de seguro, plasmará tu poesía; y acabando con tus más profundos misterios... Sí que estamos el día de hoy con ganas de hacer pensar a nuestros lectores... he... Me encantaron tus divagaciones profundas, mis saludos como siempre.

 

Gracias amigo Iván, un gran abrazo!!

 

Me gusto mucho este poema Ben, serpenteas entre maravillosas figuras literarias, evocadoras de melancolía son muy...muy buenas.
Feliz día tengas, aquí 7:09am

 

Gracias Mireya, un gran abrazo por tus alentadoras palabras!!