Crónica de una muerte anunciada

Ahí estaban todos alrededor de su cadáver abrasado
tirado en el suelo
con toda su vida y su belleza sexual desaparecida de un segundo para otro,
y nadie se daba cuenta de que unos angeles gorditos
con rizos barrocos lloraban junto a su cuerpo
y de que yo mismo sentado ahí al lado
había preparado este asesinato.


Dejamos el coche en el parking
mientras le preguntaba por la hija de puta de su compañera otra vez,
y dijo que no, que la compañera era guay,
que la hija de puta era la otra,
y dije aaaa, ya ya, no me puedo creer que sea así, ¡¡¡que mala es!!!
mientras me hacía un porro rápido, ¿pero no querias dejar de fumar?
si, pero para el concierto y para aumentar la sensibilidad, ya sabes,
que cara mas dura tienes dijo ella,
lo fuimos fumando por el camino porque llegábamos tarde,
la noche apareció a lo bestia durante ese tramo del parking hacia el castillo
donde era el concierto,
no estábamos acostumbrados a ver las estrellas y la oscuridad
ni tanto silencio,
hacía tiempo que no salíamos de la ciudad y
se escuchaban hasta las conversaciones de las personas que teníamos alejadas a unos metros,
había gente muy bien vestida pero también los había vestidos de calle,
había parejas mayores y jóvenes, y grupos,
yo pensaba que todo seria más uniforme, pero había de todo,
el castillo se iluminó con focos potentes justo antes de entrar
¿donde me has traido?
este sitio es increíble,
había pasado de su oficina de luces fluorescentes
y paredes de pladur y teléfonos y pantallas de ordenador
y tios pasivo agresivos y compañeras putonas,
y edifcios y olor a tráfico, a estar fumada en el interior de un castillo medieval,
y sus piedras irregulares y sus tapices y sus armaduras
iluminadas por luz de antorcha, y el frío,
y el cielo estrellado como techo y con gente silenciosa y tranquila,
todo en menos de 30 minutos,
como una ducha escocesa,
sin esperarlo.
La gente estaba sentada ya,
el concierto era en un patio descubierto,
y miraban hacia los lados
y sonreían leyendo el programa y comentaban sobre el castillo
señalando de un lado a otro,
fuimos avanzando hasta que llegamos a las primeras filas,
estaba sorpendida
¿pero este concierto?
¿es música clásica?
¿este castillo como se llama?
pero ya no podíamos hablar, el concierto estaba a punto de empezar y
ya no tenía escapatoria, los músicos estaban preparadaos
había violines
violonchelos
trompas
tubas
castañuelas
tambores
y un coro,
la cantante salió de una de las habitaciones y paso debajo de unos arcos de
medio punto
y saludó al director con dos besos,
todo el mundo entonces aplaudió
y luego se hizo un silencio inmenso
como si las personas y el mundo se hubieran puesto de acuerdo
y tras unos segundos sin respirar
estallaron todos los violines a esa la velocidad altísima
del inicio de arde el furor intrepido de Juan Frances de Iribarren,
y entonces abrió los ojos
y se quedó paralizada con la boca abierta
hasta que la soprano empezó a cantar rasgando el aire
con su voz,
y entonces vi como se echó las manos a la cara
y agachó la cabeza
incapaz de contenerse
y se puso a llorar,
la mujer de la pareja de al lado nos ofreció un pañuelo con una sonrisa,
ellos disfrutaban cada nota
mirando en los detalles de las piedras,
de la iluminación,
del cielo,
y de cada instrumento,
acepté el pañuelo contestando con una sonrisa
y la consolé un poco,
pero era mentira, solo quería que sufriera
y sonreía viendo como mi crimen había salido perfecto,
pero aún así aún quería más y cerraba el puño
en los momentos de mas fuerza cuando la soprano subia a lo mas alto
para que ella lo viera,
y entonces lloraba más desconsolada
hasta que vi como el personaje ese que se han inventado sin que se diera cuenta
con un nombre
una escuela
una ciudad
con ser la mediana de tres hermanas de una familia
con su signo del zodiaco
sus normas
su estilo
y toda su personalidad
vi como todo eso que llevaba dentro
se incendiaba sin ningún consuelo posible