Cuando aún era niña

La vi llorar...
en la oscuridad
frente a su ventana,
con la mirada perdida
mirando a la luna
y rogando al cielo...

la oí gritar...
llena de dolor, de miedo
y vacía de ilusiones,
sus gritos despojaba
al alma de la inocencia...

la vi escapar...
muchas veces con los brazos llenos
del inocente dormido que soñaba
ausente de aquel infierno,
con sus retoños como testigos
lamenta entre lágrimas
huyendo de castigos...

la vi con el rostro marcado...
la cobardía e ignorancia
a su belleza maltrataba,
juramentos de "amor"
nunca cumplidos
deja en el suspiro
incógnitas sin sentido...

la vi llorar...
y lloré con ella
sin que se diera cuenta,
la oí gritar...
y sus gritos me erizan la piel
aunque se hayan extinguido,
la vi escapar...
y junto a ella escapé
noche tras noche
muchas veces sin entender
que habíamos hecho
para estar huyendo...

vi su rostro marcado...
una y otra vez sanar
pero las heridas de su alma
y de la mía
siguen en silencio sangrantes,
nunca se supo la razón
para el llanto,
para vivir con miedo
cuando aún era niña...








​

 

Bello y conmovedor, ante situaciones así saltan todas las alarmas, los sentimientos se tornan tristes y la vida confusa. Espero que ahora esté todo más o menos bien. Te felicito amiga anie por tu gran sensibilidad. Abrazote vuela. Paco.

 

Muchas gracias mi querido y estimado Paco...un abrazo

 

Versos que expresan el dolor y el maltrato que en estos días todavia sufren las mujeres. Este poema me a emocionado hasta las lágrimas ya que también me veo en tu poema, nuestras infancia en algo se parecen, un placer leerte, un abrazo afectuoso y mis cariños sinceros, saludos poeta.

 

Así es mi estimado Jalvarez, aún en estos tiempos hay tantos niños que son testigos del maltrato, ¡es hora de educar a los niños y niñas para que esto deje de ser una realidad y se convierta en un pasado...saludos

 

Con tu permiso, amiga linda, paso a resolver los misterios que nos planteas:


La vi llorar... Pero la quise honrar, con mi presencia.
En la oscuridad de la habitación, los juguetes estaban ausentes.
Frente a su ventana, el hombre-murciélago se apostó, de repente,
con la mirada perdida, dando cabida a una linterna mágica y fosforecente.
Mirando a la luna, le ofrecí un plato, con aceitunas,
y rogando al cielo... Le crecía mucho el pelo.

La oí gritar... En arameo, pues era ashkenazí, y sabía el idioma Yiddish.
Llena de dolor, de miedo, asomándose al balcón de los geranios,
y vacía de ilusiones, la acaricié con un paño de cocina.
Sus gritos despojaba, y yo mordía mi bocata de Nocilla.
Al alma de la inocencia... Leche, cacao, avellanas, y azúcar. Ésa es la sentencia.

La vi escapar... En Bikini, por la playa.
Muchas veces con los brazos llenos de estrellas de Mar, y erizos,
del inocente dormido que soñaba, y que se desliza,
ausente de aquel infierno, por un tobogán del parque acuático.
Con sus retoños como testigos, en la piscina de olas artificiales.
Lamenta entre lágrimas, que no llueva café, en el campo.
Huyendo de castigos... Yo, mi merienda, zampo.

La vi con el rostro marcado... Pues no había dormido bien, aquella noche.
La cobardía e ignorancia, de quienes contaminan el ecosistema, con su coche.
A su belleza maltrataba, pues ella es Madre Naturaleza virgen.
Juramentos de "amor", y en realidad, es todo Broma.
Nunca cumplidos, porque somos súbditos de Roma.
Deja en el suspiro, la rebeldía de Carthago.
Incógnitas sin sentido... Imperio tras imperio, como las cuentas de un rosario.

La vi llorar... Y temblaba, porque tenía mucha fiebre.
Y lloré con ella, sin mostrarme superior, ni célebre.
Sin que se diera cuenta, de que soy la reina de Saba.
La oí gritar... Y apareció Ava Gardner junto a Clark Gable, en una pantalla de cine.
Y sus gritos me erizan la piel, pero su mirada me fascina.
Aunque se hayan extinguido, abro mi pecho al flechazo de Cupido.
La vi escapar...
Y junto a ella escapé
noche tras noche
muchas veces sin entender
que habíamos hecho
para estar huyendo...

vi su rostro marcado...
una y otra vez sanar
pero las heridas de su alma
y de la mía
siguen en silencio sangrantes,
nunca se supo la razón
para el llanto,
para vivir con miedo
cuando aún era niña...



No puedo más, ¡ Me rindo !

 

Mi estimado Nonmo te has cansado!
Debo decirte que esta vez tu atrevimiento no me ha gustado pues no lo has complementado como con el anterior, pero ya nos pondremos de acuerdo para hacer una obra juntos, ¡¡¡ tu y yo!!! ¿Qué saldrá?

 

De este mal adolece una buena parte de la humanidad. Desgraciadamente muchos creen que las mujeres y los niños son algo, no alguien; objetos sin voluntad propia ni sentimientos al servicio de sus caprichos. Anie, pienso que no solo hay que educar a las nuevas generaciones, sino también a los padres. Grato leerte. Un saludo.

 

Muchas gracias por tu visita y por tus palabras mi estimado Nomar...un abrazo

 

bellos recuerdos de niñez, aunque de mí siguen siendo de la adolescencia....
saludos Annie.
Emilio.

 

Muchas gracias por tu visita mi estimado Emilio...saludos

 

Any me has conmovido. Tu poema es tan real. Pero intenta no mirar el pasado. Un abrazo compañera.-

 

Muchas gracias Catia-love...un abrazo