Décimas a Don Quijote, invitación

Quieres que pierda la brújula,
te ponga sombrero en la é;
Libelula no se ve,
libélula es esdrújula.
A quien mejor sobresdrújula.
Te afilo el pico también,
das garrote a más de cien;
y después de ques tas jarta
dejando tiesos tal sarta:
Griso&Marce, nunca bien.

 

[FONT=&quot]Sancho, fuye de si balan
[FONT=&quot]y por Maese han tenido
[FONT=&quot]de rebaño el más fornido,
[FONT=&quot]porque luego mucho falan
[FONT=&quot]que si mojan y no calan....
[FONT=&quot]Pa mi que la tal Marcela,
[FONT=&quot]déjame mucha secuela,
[FONT=&quot]y parezco también listo
[FONT=&quot]-a decir del Evaristo-
[FONT=&quot]me dijo: mejor la abuela

 

Lo de ti ya es obsesión,
con tal de tener pelea,
aunque sea una ralea,
Quijote, ties fijación.
Y no pierdes ocasión,
y miá que quedas molido
-dijo Sancho compunjido-
pues a su amo le veía
que varapalo caía
y despues muy rescocido.

 

Molidos a palos llegan
a una palaciega venta
cómodamente se asientan
mientras locura navegan
las monturas las delegan.
Tras muchas vicisitudes
no hallaron buenas virtudes.
Por no pagar con dinero
manteado el escudero
olvidadas gratitudes.

 

Paso las noches en vela
esperando la mañana
y aparezca en la ventana
la pastoriílla Marcela.
-en rama fina canela-
armada con garrotillo
suspiro de un corderillo;
para anunciar sus ardores
en valle de los dolores
de Don Quijote el muy pillo.

Por celebrado el entierro
del desden por dicho cuento,
hoy día menos contento
pues en la fosa lo cierro;
Mas en nubes su cencerro
junto a toda Astrología;
si por la Luna caía,
sol ilumine su nombre;
así quien mucho se asombre:
contará porqué moría.

 

Invitárosle, al Quijote​

y a Sancho, unos seis cabreros,​

como andantes pasajeros​

a tasajo en un capote;​

cual tontos de capirote;​

en dornajo al revés vuelto,​

y con aire muy resuelto​

facieron conversación,​

de bellotas fue ocasión​

alabar su fruto esbelto.​

Tras arcaduces de noria​

de vino muy bien provistos,​

que fueron visto y no vistos,​

llevados ya de la euforia,​

antes de dormir en gloria,​

quisieron agasajar​

pues la cena ya acabar,​

al rabel de tal Antonio​

dejara su testimonio​

con este bello cantar:
​

………..
*
Yo sé, Olalla, que me adoras,
puesto que no me lo has dicho
ni aun con los ojos siquiera,
mudas lenguas de amoríos.
.......
.......
Teresa de Berrocal,
yo albándote, me dijo:
"Tal piensa que adora a un ángel,
y viene a adorar a un gimio.
Merced a los muchos dijes
y a los cabellos postizos,
y a hipócritas hermosuras,
que engañaron al Amor mismo."
Desmentíla, y enojóse;
volvió por ella su primo:
desafióme, y ya sabes
lo que yo hice y él hizo.
No te quiero yo a montón,
ni te pretendo y te sirvo
por lo de barraganía;
que más bueno es mi designio.
Coyundas tiene la Iglesia
Que son lazadas de sirgo;
Pon tú el cuello en la gamella:
Verás cómo pongo el mío.
Donde no, desde aquí juro
Por el santo más bendito
De no salir destas sierras
Sino para capuchino.

· Cita literal; Primera Parte.

Capítulo XI

……………

Diese por fin así al canto;​

el Quijote pidió más;​

y Sancho dixo: jamás;​

es mejor rezar al santo​

y cubrirnos tras su manto.​

Antes cúrame la oreja​

que me duele su pelleja,​

en viéndolo esto un cabrero​

sus hierbas mezcló ligero​

y ya no hubo jamás queja.
​

 

Saliendo ya de la venta
siendo armado caballero
por verse sin buen dinero
volver a su aldea intenta
cuando oye a quien se lamenta,
un mozalbete azotado
por labrador que es retado
y convidado a pagar
cuando llegue a Quintanar
él ya se lo habrá cobrado.

Se encontró con mercaderes:
Si la vida se desea,
mi señora Dulcinea
serán vuestros pareceres
la más hermosa que vieres
y si no, gente canalla,
habréis conmigo batalla
Tropezose Rocinante
y nuestro hidalgo delante
que ni en el suelo se calla.

Ya la lanza se la parten
en mitad de la cabeza
le ha salvado la destreza
de que al final no le ensarten
tener el suficiente arte
de ponerse la celada
que aunque se quede abollada
le salva del coscorrón
sentado espera ocasión
de que al final le levanten.

 

Tomó, Vivaldo, por loco
a Quijote y escudero;
ilústrale el caballero
que desto sabía un poco
aclarando su equivoco.
Anales son pal futuro
fazañas de Rey Arturo;
Quintañona, di en romance,
de Lanzalote su lance.
E fízole más maduro.




Es que está mu bien armao
mi señor y caballero,
-además con escudero-
pero a vexes sa quedao
en la estacá to tirao.
Mas tanta fe en la contienda,
el honor siempre defienda,
que pa eso si se ilustró
en los libros que perdió,
con tan mal arte en la facienda.

 

No es de mu buen parecer:
pues a Dios no sencomienda
por más peligro en contienda,
es a dama merecer
como su dios pa vencer.
Quien a dama la defiende,
-casi apenas se le entiende-,
siempre face invocación
pa ileso por su oración,
después a dama encomiende.

No hay caballero sin dama
como cielo sin estrellas,
se enamoran las mas bellas
como del árbol la rama;
-sin menosprecio a retama-
Don Galaor nunca tuvo
y pocos más bravos fubo.
Una golondrina no hace
verano, así bien os place.
Bien sea, ahora no dudo.

Y vos cuan gran caballero,
dénos de dama razón
si ocupa su corazón.
Dulcinea es lo que quiero,
del Toboso es su lucero.
De su linaje razón.
De los Toboso mansión.
(*)
Carchopinos de Laredo,
esos son los que yo heredo:
diz Vivaldo pa ocasión.

Despidiose Don Quijote
de huéspedes y caminantes
igual Vivaldo y andantes
no sin facer agarrote
fueronse sin alborote.
Lo invitaron a Sevilla;
mas declinó ir a esa villa.
Lo primero era limpiar
de malandrines lugar,
que solo son pacotilla.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::


(*)
Curcios, Gayos y Cipiones,
los romanos, no es de aquellos,
Colonas y Ursinos, ni ellos,
ni de las grandes mansiones.
Ni los Moncada siquiera,
ni Moncadas, Requesones,
de Cataluña bastiones,
ni Rebellas ella fuera,
ni Villanovas quisiera,
Palafoxes ni los Nuzas,
ni Rocabertis, chiruzas;
Corellas, Lunas, tampoco;
Alagon, Urreas, locos,
ni Foces, Gurreas, cuzas.
Ni Manriques, ni los Cerdas,
ni Mendozas ni Guzmanes
de Castilla sus desmanes,
ni Alencastros nada cuerdas,
ni Pallas, Maneses, mierdas
de Portugal es su hacienda.

 

¡Ay, desfacedor de inventos!
¡Defensor de damas vanas!
Burlado por mentes llanas,
con bacinas y jumentos.
¡Valgame Dios que momentos!
¡Que caterva de gigantes!
¡Cuantos innobles mangantes,
vence en nombre de su dama!
Dulcinea le proclama,
azote de los bergantes.

 

VELANDO ARMAS

Se llevó aparte al ventero
Tras terminarse la “trucha”:
“Si vuesa merced me escucha
un don pedirle yo quiero,
debe armarme caballero
cuando llegue la mañana
y en esa hora tan temprana
las armas yo habré velado”
Solventando el altercado
que tuvo con los arrieros.

 

Muy bueno, excelente, un homenaje a la leyenda.
Saludos cordiales. Gracias la invitación.

 

LOS MOLINOS

-Henos aquí cabalgando
y ahí asoman delante
más de cuarenta gigantes
con sus brazos agitando.
-Mi señor no está mirando
son unos treinta molinos
sin instintos asesinos.
-Será el mago Muñatón
quien fomenta la traición
con métodos sibilinos.

 

Rocín por refofilarse
con, de yangüeses, hacas,
a coces y con estacas
el lomo hicieron doblarse.
Quijote por asomarse
y a Panza por meticón,
dieron les tal palizón
que apenas podían moverse;
muy rápido y sin volverse
fuyeron sin dar razón.

El Panza muy asombrado
le preguntó a su Señor:
tanto fuyó su valor?;
Quijote dijo irritado:
-sin haberlo meditado-
a quien no son caballeros
no se quitan los sombreros,
se les concede dispensa
de no responder a ofensa,
como si fueran carneros.

 

“Un aviso daros quiero
para no actuar con premura
non fuyais viles criaturas
sin escucharme primero
que es tan solo un caballero
quien valiente os acomete
y discreto no entromete
eligiendo vos fuyir
por no tener que sentir
la templanza de mi acero”

 

En camarchón del pajar,
Maritornes y ventrera
emplastaron la lomera
a Quijote por quejar;
y Panza pidió curar,
que si hacían al caballero
no está de más a escudero.
Si paecer paleados,
mañana habremos condados
pa compensar los esmeros.

La Maritornes citado
con, de Arévalo, un arriero,
refocilarse a lo fiero
cuando llegar a su lado.
Quijote en un delirado,
la venta creyó castillo;
cual si fuera monaguillo
juró ser honesto a dama,
aunque la moza en su cama
buscase ser un ovillo.

Allego se moza a cita
asiéndola antes Quijote
armo se gran alborote
pues no era con él la cuita.
Viendo el arriero a maldita
Fizo se tal zafarrancho
que también pringó hasta Sancho,
un cuadrillero y ventero.
¡Justicia! invocó el primero
cual si portara carpancho.

 

CONSEJOS A CABALLO

-Si me vieras en batalla
no acudas a socorrerme
no siendo fueras a verme
que me ataca la canalla
y ahí si dieras tú la talla.
-Seréis pues obedecido
si se encuentra malherido
y no son los caballeros
los que usaron hierros fieros
sino que fueron morralla.

 

Por saber del vizcaíno
y el hidalgo Don Quijote
se devanó hasta el cogote
anduvo más de un camino
y tuvo que hilar muy fino
el autor de aquesta historia
y ejercitando memoria
nos cuenta como venció
el hidalgo soñador
aumentando así su gloria

 

¿Escritor de los de antes?
¡Cervantes!
¿Recibió gloria y honor?
¡Mejor!
¿Buena pluma y gran esteta?
¡Poeta!
Ideó con hábil treta
la odisea de un manchego
por eso el laurel le entrego:
¡Cervantes, mejor poeta!