Dejemos de hablar

Dejemos de hablar mi vida,
no tiene sentido continuar,
tú y yo no logró prosperar.

Dejemos de saludarnos;
un hola de vez en cuando,
no podrá funcionar,
somos seres muy cercanos.

Dejemos todo aquí,
para después del luto,
poder volver a salir,
y respirar un nuevo mundo.

Dejemos de amarnos,
eso costará más aprender,
porque por mucho nos necesitamos,
pero...

Es hora de cortar el dolor,
es hora de acabar con el rencor,
ya lo nuestro no tiene sabor,
y los culpables somos tú y yo.​

 

No hay culpables, sino aprendices.
Y por ello, no hay milagros, sino hechos científicos ignorados.
De lo cuál, deducimos que no hay doctores, sino actrices.
Que juegan a los médicos, en camerinos, entre candilejas, como Charlie Chaplin.


En suma: No hay autores, si no hay obra conjunta.
No hay equipo de baloncesto, si tampoco hay canastas.
No hay tutores de los pupilos, si no hay colegio.
¡ No hay nada, si no hay algo !


Y con el algo, la cualquier cosa. Y detrás de la cualquier cosa, ¡ Todo !


No hay Bilbo sin Frodo.
Ni hay Señor de los Anillos, sin Gollum, por sobrenombre Smeagol.
Y no hay mago Gándalf, sin su adversario Sáruman.
Luego por tanto, no hay pipa de tabaco, sin cachimba o nargile.


¡ Nargile !

 

En esta primera interacción,
estimado Nommo usted me dejó pensando,
con las siguientes frases que van calando:
1. "No hay culpables, sino aprendices...",
2. "Y con el algo, la cualquier cosa...."

Pues permítame divagar un poco,
y decirle que para el punto primero,
considero,
que como usted dice,
somos simples aprendices,
que algún día no caerán,
y concuerdo en que la culpa,
es exenta de caer engorrosa en esta charla,
pues lo único que vale,
es la lección que asoma,
cuando llega la calma.

En el punto número dos,
que grandiosa melodía,
que cualquier cosa sea una valía,
y razón suficiente
para hacerla enaltecer,
creer que lo es todo,
cuando de álgun modo,
solo y aferrado,
podría cambiar mi letra,
dándolo todo,
para no separarme de ella.

 

Si lo das todo, te quedarás vacío.
Y en el vacío cósmico, la energía fría, que otorga armonía musical al cuerpo humano.
Armonía musical, pero silenciosa, al mismo tiempo.
Armonía de la bobina doble de cobre, que lleva asociados varios potentes imanes de neodimio.


Cuando lo das todo, preparas pociones mágicas del druida Panorámix, y ya, dejas de ser un simio.

 

Mientras se asoma una copa,
de un vino un poco farsante,
entiendo en mi semblante,
el hecho elegante,
de que darlo todo siendo constante,
me llevara al secreto escondido,
de ese que asoma de oídos,
y nuestra que entregarlo todo,
se asemeja a un tesoro sombrío;
a mi parecer.

Pero elegí el tierno vacío,
ese que tiene un campo,
donde prima armonía,
hasta que asalte un imán,
que compita en alegría,
y la misma vida,
sea cautiva,
de amor sin apatía.

 

Amor sin apatía; perfecto. Te acabas de definir. ¡ Famoso !
Siempre, activo. Siempre, despierto. Siempre, alegre.
Siempre, cordial.
Siempre.


Nunca puedes hacer una chapuza. No puedes arreglar una lámpara de mesa.
Ni siquiera puedes hacer fontanería.
No puedes, porque eres muy conocido, muy observado, muy analizado, muy perseguido...


Eres el hombre más buscado, en toda África.
En toda Asia.
En toda América.
Y en Europa, ¿ Cómo que no te conocen ? Pero si tú eres...


Puff, tú eres la repanocha.
Tú, la repera.
Tú, increíblemente famoso.


Tan famoso que deslumbras incluso a una margarita.

 

Un simple principiante nada más,
alguien que muchos quiere expresar,
no sé que tanto puede usted saber,
de quien se empieza a conocer.

 

¡ Oh, el mago ha vuelto a actuar ! Con sus versos de papel, me quiere gobernar, manejar y dominar.
Es el mago Sephyroth, que procede de la tierra Media, donde Mórdor nunca accederá, y el anillo de Poder, quedará a buen recaudo, de Bilbo y Frodo Bolsón.
Pero ese anillo proporciona invisibilidad...
Y crees que no te veo.
¿ Crees, Sephyroth, que no te veo ?


Tú eres un pequeño Gándalf.
Intentas ser bueno.
Intentas aliviar el Dolor ajeno.
Intentas curar a los demás.


Pero tú...


Has de ser, además de bueno, ¡ Astuto ! Como Chespirito: ¡ No contaban con mi astucia !

 

Veo menos acidez,
pero vuelvo a recalcar,
no busca una pelea sin sentido,
pero me gusta rimar.

No soy mago,
he tomado un apodo prestado,
soy un simple indigente,
con pocas palabras elocuentes,
le dejo mi respeto,
porque en el mundo que conozco,
solo he visto ojos hambrientos,
más no un ser incierto como usted,
que tiene una valida opinión,
y que deja fundado,
su espíritu controlado.

 

Ya, lo importante, al menos, es que usted y yo, somos chiquitines.
O sea, humanos.

 

Es verdad cuando no funciona, pues no funciona y ya...
Un gusto leerle poeta
va mi abrazo